miércoles, 27 de octubre de 2010

LA RELIGIÓN -Jesús no nos trajo religiones, nos trajo la vida-

Este pueblo de labios me honra; mas su corazón está lejos de mí. Pues en vano me honran, enseñando como doctrinas mandamientos de hombres. Porque dejando el mandamiento de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres. San Marcos, 7:6-8.

Para acudir a nuestro Dios, ¿Es necesario renunciar a nuestra personalidad y ser completamente absorbidos por una forma de religión o por una secta?

Jesucristo mismo se pronunció enérgicamente contra las formas, costumbres y tradiciones, reprochando a los dirigentes religiosos de su tiempo, como pasa con los actuales, que la gente se acercara al Dios de las religiones; pero algún día tendrán que rendir cuentas al Dios Supremo.

Los responsables de que los hombres y mujeres se vean en la necesidad de tener que persignarse, arrodillarse, sentarse, levantarse, y otros ritos, que se hacen por costumbre, ya que la Palabra de Dios es contraria a esos formulismos, que anulan la personalidad del creyente, cuando él, -Cristo-, fue quien creó a los seres humanos con capacidades y sensaciones tan diferentes los unos de los otros, tal como somos, por su voluntad.

Cada ser humano, con las características que Dios le ha dado, debe de buscar a Dios de acuerdo con su forma de ser, sus sentimientos, su espiritualidad, tal como nos ocurre cuando escuchamos una obra musical o nos vemos ante una obra de arte.

Para buscar a Dios también lo hacemos con nuestros medios, que Dios nos ha dado, como son la humildad, fe, obediencia y mansedumbre, entre otras virtudes. No valen normas establecidas para buscar a Dios.

Lo que más le agrada a Dios de los hombres, es que le adoremos, alabemos, que nos rindamos a él; luego que tratemos a nuestros semejantes, como nos gustaría que nos trataran a nosotros; pero lo primero y más importante es reconocer a Jesús como el único Salvador e intermediario, entre Dios y los hombre.

Para que se puedan cumplir éstos deseos del Señor, hay que leer mucho su Palabra y orar, que es hablar con nuestro Padre. No hay otra forma de poder llegar al Padre si no es por medio del Hijo. Así está establecido por Dios, y no importa que hombres, como tu y yo, pretendan anular su Palabra, sustituyéndola por la de ellos, pecadores como todos nosotros.

Un creyente tiene la misma libertad de expresarse ante Dios que un obispo, con la diferencia de que el obispo está apartado de Dios por no respetar su Santa Palabra y poner su fe, en imágenes.

¿Qué le importa al Señor que un creyente sepa mucha filosofía, latín o cualquier otra asignatura? ¿Le importará algo al Señor si nuestra capa es de lana, lino, ó si va bordada de plata ú oro? ¿Queremos impresionar a Dios con nuestras vestiduras? Dios ya dictó sus mandatos, ahora obedezcámoslos. Ahora nos toca a todos leer las Escrituras e interpretarlas, con el poder del Espíritu Santo; pero, ¿quién tiene ese poder? Lo tienen solamente los que se han entregado a Cristo; pero no lo tienen los que adoran imágenes., que es idolatría.

¿Son duras éstas verdades? Naturalmente que sí; pero tengo la Palabra de Dios a mi alcance y con ella puedo responder. ¡Seamos humildes y mansos como él, dijo Jesús!

Ayer vi por la televisión un grupo de jóvenes que iban a entregar su renuncia como católicos. Iban con un buen cargamento de papel para formular su renuncia, y les sobra razón ya que, yo que renuncio a toda religión ó secta, que para el caso es lo mismo, y me siento estafado, engañado y burlado, por figurar en los libros de la parroquia como católico, cuando yo soy un ser humano que creo y acepto a Jesús como mi Salvador. Creo en el Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo. Todo lo demás me sobra. Las religiones ya vemos lo que dieron, lo que dan y darán.

Hombres de talento, intelectuales, cultos y sobresalientes en muchas materias los hay en todo el mundo, en todas las religiones y en todas las culturas; pero Dios jamás nos ha dicho que él quería hombres sabios sobre éstos temas. Él nos manda pedirle sabiduría; pero sabiduría que viene de lo alto, no de una Universidad.

Dios capacita y reparte dones a todos los hombres; pero nosotros no los aprovechamos porque el hombre es un auténtico tirano y explotador del hombre, y esas capacidades que Dios reparte gratuitamente, son cortadas de raíz por la ambición del hombre. Dios no quiere que se mueran millones de niños de hambre; pero el hombre sí que lo quiere y se cumple su voluntad, con la ayuda de los altos dirigentes, políticos, económicos y religiosos, que son los que en todo tiempo han gobernado el mundo y lo siguen gobernando, para la desgracia de la humanidad, sin hacer el mínimo caso a la Santa Palabra de Dios, obra perfecta y sabia para el bien y salvación de toda la humanidad.
Las formas religiosas casi siempre están ligadas a la muerte espiritual; pero la fe en Jesucristo es la liberación y la verdadera vida que se nos ofrece gratuitamente y que fue comprada por la Sangre de Cristo en la Cruz.

La fe no consiste en ser un ingenuo o credulidad ciega. Se trata simplemente de aceptar o negar, el mensaje de las Escrituras, porque el creyente cree, y acepta el mensaje que le proporcionan las Escrituras, porque reconocemos que Dios habla a través de ellas.

La verdadera fe no tiene nada que ver con la superstición, el fanatismo, o la inmoderada exaltación de las emociones. Es un acto de obediencia a Dios, la convicción de que Dios siempre tiene la razón, y que debemos de actuar de acuerdo con sus enseñanzas y mandatos.

Lo mismo que Satanás tiene poder para tentarnos, Dios obra con su poder para dirigirnos, aconsejarnos y mostrarnos su voluntad; pero de tal manera nos ha creado libres, que podemos rechazar los sabios consejos que Dios nos da.

Las tentaciones de Satanás resultan muy difíciles de rechazar, debido a que él siempre nos ataca en nuestros puntos más flacos. ¡Qué te gustan las mujeres! Bueno, pues el enemigo se encargará de enviarte una. Luego librarse de tales tentaciones es muy difícil. Cuando viene la primera tentación a nuestra mente, ya sabemos que tiene malas consecuencias y que las hay que pagar; pues ahí, en ese momento crucial, es cuando hay que rechazar tal oferta; pero si la fe está puesta en un dios falso, un madero bien tallado, el resultado es nulo. Caemos como lo que somos; pero si la fe está depositada en Jesús, nuestra mente se fortalece y sus palabras llegan a nosotros con poder y autoridad, rechazando todo tipo de ofertas peligrosas.

Si vemos una familia, barrio, pueblo, nación ó continente, metido en guerras, del tipo que sean, ya estamos seguros de las creencias de tal familia, pueblo o nación. Todas las contiendas se arman por odios, envidias, orgullos, egoísmos y otros muchos problemas impropios de un cristiano. En la mente de un auténtico cristiano no tiene cabida tanta basura como hay en éste mundo. Todos conocemos en nuestros pueblos el nombre de las personas buenas y malas, eso mirando con nuestros ojos deformados por nuestro pecado, que si viéramos con los ojos de Dios, nos asustaríamos.

La fe nos exige más que la música, el cante, deportes ó cualquier otra rama del saber, ya que la fe es la esencia de nuestra vida, de ella dependen todas las cosas. Ver las horas que un buen músico dedica a la música, ensayando día tras día, para poder dar correctamente todas las notas y acordes.

La Palabra de Dios es difícil de cumplir; pero si no la conocemos es imposible que podamos dar una nota bien. Hay que estudiar la Palabra, conocerla bien, saber interpretarla y luego ponerla en marcha, para obrar como Dios nos manda. El poner cara de místico, de humildad fingida y éstas cosas propias de las religiones, no sirven ni para engañar al sacristán del pueblo. Yo he sido sacristán, y cuando veía alguna “Señora” acercarse al altar para recibir el pan, con cara de misterio, yo decía para mi interior, ¡Anda que te conozco!. Pero para no mentir, también debo de decir que muchas personas no hacían teatro y vivían los siete días de la semana como cristianas. De todo hay en la viña del Señor.

Estos “chascarrillos” nos demuestran y enseñan que la palabra es muerta si no va acompañada de buenos actos. Dios está vivo y Jesús es Dios. Él obra en nuestra mente y corazón, y lo digo por experiencias vividas que son las que han fortalecido mi fe.

La fe cristiana no se compone de dogmas, como la religión, se trata de una relación vital entre el hombre y su Creador. Es natural y justo que así sea. Ver como, la gran mayoría de los animales, nada más nacer, ya saben defenderse solos en la vida, y jamás verán a sus padres. Conocen sus enemigos, sus alimentos, y ésta obra no la podemos hacer los hombres; porque nosotros somos espíritu, tenemos conciencia y hasta el hombre solitario, apartado de todo ser viviente, tiene la necesidad de creer en algo.

Ese hombre, el día que fallezca será juzgado, no por lo que creyó, pues nadie le habló de Dios; pero la naturaleza ya le está diciendo que los árboles, las plantas, frutos de todo tipo, frío y calor, sol y sombra, hambre y sed, alegrías y penas, son causas suficientes para saber que hay un Creador. Él está solo con su familia; pero sabe que hay algo que está oculto para él, porque él, es espíritu como tú y yo, y tiene la necesidad de adorar a quien le dio la vida, incluso sin saber quien fue.

Cecilio García Fernández
San Martín de Podes

LA OLIMPIADA

Por una olimpiada más,
están los pueblos luchando;
más yo pregunto: Hasta cuándo
el hombre debe sufrir,
si es que se puede decir
todo lo que estoy pensando.

Se compran embajadores,
igual que tú compras fruta,
y que nadie les discuta
porque venden el honor,
que es causa de gran dolor,
por manejar la batuta.

Va nuestra Reina volando,
a defender bien a España;
Pero un príncipe, con saña
hace pregunta indiscreta:
¿Sigue matando la ETA?
¡Y nadie defendió a España!

Los Ingleses nos derrotan,
y siguen con el Peñón,
ha dicho un buen socarrón,
con sorna; mas se equivoca,
pues, para tapar su boca,
nos sobra con la razón.

Enviamos Socialistas,
unidos con Populares;
pero todos son iguales,
y las luchas son internas,
escandalosas y eternas,
y amigos de las maldades.

También fueron deportistas
que viven en la “miseria”,
y aquí, la cosa ya es seria;
porque abundan futbolistas
médicos y masajistas,
para hablar de cosas serias.

Todo Madrid enmudece
y hasta lloran abundante;
por causa del mal talante,
pues perdimos la partida,
que ya estaba “digerida.”
Ahora no hay quien nos aguante.

París se quedó sin almas
-se quedó como el desierto-
y esto que digo, es bien cierto:
Que el inglés nos derrotó;
pero alguno lo pagó
por que hoy, han tocado a muerto.

Los terroristas nos buscan
igual que a las alimañas;
y nos sacan las entrañas
con júbilo y gran placer;
Porque nos quieren vencer,
usando sus malas mañas.

Unos, por ser islamitas
mueren y se van al cielo;
Les pasa, igual que al Clero,
cuando nuestra Inquisición,
solo por leer la Biblia,
te queman en un fogón.

Estamos en guerras santas
entre varias religiones;
que caen en tentaciones
de vencer a su contrario,
luchando como un corsario,
por muy distintas razones.

Cuando nos matan con bombas,
Y siempre por fanatismo,
caemos en el abismo
de no querer comprender,
que mueren por no comer,
abuelos, padres y niños.

Cuando mueren dos personas
por una bomba enemiga,
el pueblo ya determina
que hay que matarlos a todos;
pero escondemos los lodos,
¡Y eso sí que tienen miga!

Ya nos llaman “pueblos ricos”,
y el resto muere matando;
y Cristo dice: ¿Hasta cuándo?
Más yo no tengo respuesta;
pero al gallo pendenciero,
debemos darle en la cresta.

Cecilio García Fernández
San Martín de Podes

LA MUERTE

Si vas al tanatorio -por desgracia-
quizás te quedarás frustrado,
por ver al ser que más amabas,
dentro de un ataúd, muy bien pintado.

La marcha es triste y angustiosa,
si partimos sin rumbo conocido;
pues por falta de fe, te habrás perdido,
y por falta de información, no te has salvado.

Los que tenemos ya las sienes plateadas,
ó con mechones muy grises en la frente;
con tristezas, y fría luz en las miradas,
nos vamos extinguiendo lentamente.

¿No existen en tu vida desengaños,
que has podido evitar con armonía?
¿No sabes que sin Cristo, tu agonía,
te llevará a sufrir, años tras años?

Los fracasos, las penas y alegrías,
los lamentos de la juventud perdida,
que se escapó, igual que un fugitivo;
dejando en nuestro corazón su herida.

Lamentarás el tiempo que has perdido,
esperando subir muchos peldaños,
llevando golpes y más golpes por la vida,
como un niño infeliz de pocos años.

Debemos meditar muy bien las cosas,
pensando en las Palabras verdaderas,
pues la ignorancia, nos pesa como losas,
que te atan a fracasos, y a cadenas.

La vida, que Dios a me ha regalado,
debo de administrarla sabiamente,
pues sabiamente, a todos nos la ha dado,
no tratemos de imitar al insolente.

Solo una vez pasamos por la tierra,
por lo tanto, debemos ser prudentes,
buscando siempre paz, y jamás guerra,
que por matar, el hombre no es valiente.

Nuestra piel, con arrugas, más los huesos,
llevan dentro metida nuestra historia,
y una vez que nos llevan al sepulcro,
somos polvo, pero el alma,
es la ruina, o la victoria.

Cecilio García Fernández
San Martín de Podes

LA MUERTE DE UN HOMBRE -Un Papa-

En estos días tan tristes
puedes perder la razón,
por ver, por televisión,
donde llega el fanatismo,
que nos mete en el abismo,
sin remedio, ó solución.
Los amantes del poder,
ofenden, sin más razón.

Según voy viendo canales,
el dolor me va en aumento,
y creerme, que no miento;
porque existe una razón,
fruto de una bendición,
y no de envanecimiento,
que suele ser doloroso
como el azote del viento.

¡Que dolor ver gobernantes,
ajenos a religiones,
encontrarse en achuchones,
casi pisando a la gente,
al cobarde y al valiente,
que por querer figurar,
dicen que va a enterrar,
al hombre más eminente.

¡Que dolor, y que tristeza
le damos todos a Cristo;
porque esto, no está bien visto.
¡No adorar a un pecador,
porque quien sufre el dolor
es el Señor Jesucristo,
que llora, por lo que ha visto,
pues es una cosa extraña,
que quien gozó de riquezas
le alabemos sus flaquezas.

Nos dicen que sigue a Pedro;
más yo a Pedro conocí,
y por todo lo que oí
era un hombre pescador,
pero vivió con honor,
dando su vida por Cristo,
que fue por quien él murió,
y eso debe estar bien visto.

Pedro no vivió con lujos,
ni conoció la abundancia,
ni viajó con arrogancia;
porque vivió en humildad,
que esa es la mayor Verdad
de quien quiere dar ejemplo,
dentro, y fuera del templo,
a toda la humanidad.

¡Que espectáculos se montan
para “coger más poder”,
siendo más humano ver,
que el buen seguidor de Cristo,
ha de salir del abismo,
no con riquezas, con fe;
pero por lo que se ve,
hay quien no piensa lo mismo!

Por qué, se pregunta el pueblo,
se amontonan las riquezas,
y los niños, con flaquezas,
van llorando por caminos,
por causa de los cretinos
que han confundido la fe;
pues creen lo que se ve,
y al verse, ya no es Divino.

Estos días tan penosos,
para el más Grande Señor,
sé que le causé dolor,
cuando he enciendo la tele.
¿Y por qué al Señor le duele
esta triste adoración?
¡Porque tener gran corazón;
pero el mundo le aborrece!

Señor: Yo quiero expresarte
desde mi triste atalaya,
que todo aquel que se vaya
corriendo detrás del viento,
ha de sufrir el tormento,
de la Justicia Divina;
porque así lo determina,
Tú Sabia y Santa Palabra;
que nos dice, que quien labra,
ha de escoger la semilla.

Ayer, cuando yo veía
mi ingrata televisión,
no acepté la solución;
de “vender” hipocresía,
porque el mundo bien sabía
donde reina la razón,
que lleva a la salvación
que Cristo nos ofrecía.

Ayer, cuando yo oia,
llantos por televisión,
no creí lo que allí había;
¿Era una falsa ilusión?
pues todo lo que veía,
no entraba en mi corazón,
porque son almas vendidas,
solo por motivación.

Cecilio García Fernández
San Martín de Podes

martes, 26 de octubre de 2010

LAMENTOS

Yo compadezco a los hombres
que viven sin ilusión,
porque es la peor “razón”
para lograr una meta;
no siendo que haya una treta,
guardada en el corazón.

Las ilusiones son vanas
si aspiras solo a fortuna;
porque sé, que más de una,
y me refiero a ilusiones,
que destrozó corazones
por no poner la “vacuna”.

Para formar bien a un hombre,
hay que empezar de pequeños,
porque los fuegos sin leños
poco calor van a dar;
y entonces, el amasar,
es de torpes y de necios.

No hay buen pan sin levadura,
ni alumno, sin un maestro,
y sé bien porque digo esto;
ya que tengo muchos años,
y sufrí mil desengaños,
y aguantando malos gestos.

Jamás te fíes de nadie,
para evitar sufrimientos;
que pueden ser escarmientos
que alteran la adrenalina,
que inflama, como bencina,
nuestros flacos sentimientos.

Todos vivimos sedientos,
y Cristo es el Agua Viva,
que cura y sana la herida
y también quita la sed,
de todo el que no es soez
y aprecia lo que es la vida.

Hay millones de sedientos
que ven el agua correr;
pero no pueden creer
que el agua que está corriendo,
los puede estar consumiendo;
porque no quita la sed.

Muchos beben y se sacian;
pero con aguas corrientes,
y jamás son consecuentes
que hay aguas más cristalinas,
puras, santas y divinas,
para los más exigentes.

Muchos beben en las charcas
de la pura hipocresía,
y dicen, con osadía,
que ellos dan la salvación;
pero toma precaución;
pues viven de fantasía.

Jesús no cuenta mentiras,
y ofreció de corazón,
a quien cree en su razón,
y cumple con sus promesas.
Es nuestro amigo,¿lo dejas?
¿Quieres mejor solución?.

No gastes moneda en viajes,
que nadie te va a sanar;
ya que puedes comprobar,
que quien te ofrece salud,
no nos puede dar la Luz,
y mucho menos salvar.

Jamás vayas a una cueva
en busca de salvación;
Porque eso es la perdición
y una gran ofensa a Cristo,
que por lo que ya hemos visto,
Cristo da la Redención.

No compararme la Cruz,
con la corona de espinas,
y sus palabras divinas,
con los palacios lujosos,
y manjares muy sabrosos
que a los hombres nos fascinan.

Quien quiera salvar su vida
tiene que elegir la Cruz,
no hacer como el avestruz,
agachando la cabeza;
Dios mío, que gran torpeza,
por no elegir a Jesús.

Cecilio García Fernández
San Martín de Podes

LA MALDAD DEL HOMBRE -Léan detenidamente, por favor-

Raíz de todos los males es la INIQUIDAD, que se hereda de nuestros ancestros; no así el pecado por tratarse de un acto voluntario que cometemos por la abundancia de maldad que hay en nuestro corazón y mente, y que, decidimos nosotros libremente, bien por envidia, rencores, odios, egoísmo, y cientos de maldades que anidan en nuestro corazón.

Cuando usted oiga decir que han hecho un santo, recuerde la Palabra de Dios que dice: Bueno no hay ni uno, y cuando Dios dice que no hay ni uno, hay que creerle; pues él no miente. ¿Cómo puedo yo decir que un hombre es bueno si yo carezco de capacidad para conocer todas mis maldades?

¿Quién de vosotros, que está leyendo estos comentarios, no se avergonzaría si supiese el vecino, amigo, jefe de trabajo, sin mencionar a los políticos, religiosos, deportistas, etc. etc., lo que hemos hablado de ellos en reuniones, con otro vecino, en nuestra propia casa, padres con hijos e hijos con padres, sacando todas las miserias que los citados hombres y mujeres, sin darnos cuenta que nosotros estamos pringados de pies a cabeza y nos creemos casi perfectos, para colmo? ¿No es cierto que no nos atreveríamos a salir de casa?

¿No nos daría vergüenza, ver al hijo del vecino que lleva quince años estudiando y no termina nunca la carrera? ¿Y esa joven que está tan gorda, que da pena verla? Pensar que hablamos mal de todo el mundo y siempre la razón está de nuestra parte. ¡Faltaría más!

Estamos obligados a vencer la iniquidad que es una raíz muy fuerte que se halla hasta en nuestras entrañas y nos destroza. Los niños formados en iniquidad traen “sordera espiritual”, vamos, que las palabras que se les diga sobre Cristo, les entra por un oído y les sale por el otro.

Como remedio para librarnos de tanto mal como mora en nuestro corazón y mente, hay que entregarse a Cristo y él perdona todos nuestros pecados, si andamos en obediencia; pero para que, en esta vida que disfrutamos y sufrimos aquí en la tierra, no nos vengan enfermedades y desgracias, hay que reconocer lo que somos y orar de todo corazón, pidiendo a Dios, en el nombre de Jesús, que nos perdone por todos los males hechos por nuestros antepasados, hasta la cuarta generación, como si fuésemos nosotros los que los hayamos cometido, diciendo: yo maté, robé, etc. Naturalmente que hay que mencionar todos cuantos pecados conozcamos de nuestros ancestros; pero añadiendo más, ya que la maldición de todo pecado recae sobre nosotros aquí en la tierra, aunque la salvación está asegurada por la misericordia de Cristo.

Recordar que, el Padrenuestro, como oración dice: perdónanos, cuando podía decir: perdóname. Bien; pues sigue diciendo: así como “nosotros perdonamos”, etc. Dios no se equivoca, lo que quiere decir, que él nos manda orar y pedir perdón por todos los pecadores, pues Dios ama todo lo que él creó y quiere que nos salvemos todos.

En Levíticos 26:1 y 21, dice: No haréis para vosotros ídolos ni escultura, ni os levantaréis estatua, ni pondréis en vuestra tierra piedra pintada para inclinaros a ella; porque yo soy Jehová vuestro Dios. Si anduviereis conmigo en oposición, y no me quisiereis oír, yo añadiré sobre vosotros siete veces más plagas según vuestros pecados.

Aunque por ignorancia, la gente se toma a broma todos los mandatos y advertencias que Dios nos hace, hay que tener muy presente que nacemos con pecados heredados, que son enfermedades, como abortos, porque han abortado mujeres de nuestros ancestros, sexo en abundancia, por la misma razón, crímenes, maldiciones, homosexuales, y todas las aberraciones que hoy y siempre existieron.

Nos parece que los niños pequeños son auténticos ángeles. Bien es verdad que Cristro los salva a todos; pero no olvidemos que ya con muy pocos años, son crueles para otros niños, y la palabra ¡no….! está siempre ahí en sus bocas, protestando, recordándonos la desobediencia con la que han nacido. La envidia también se manifiesta en todos los niños, y “seguimos” siendo envidiosos hasta la muerte.

Demos gracias a Dios, que Cristo siempre está dispuesto a recibirnos y salvarnos, si vamos a él con humildad pidiéndole perdón.
Respecto a la envidia, hay que tener presente que para el ser humano es peor que el cáncer y el sida, ya que estas enfermedades solo matan el cuerpo; pero puedes salvar el alma; mas con la envidia no, porque las enfermedades citadas son del cuerpo, y el cuerpo no tiene valor alguno, en el campo espiritual; mientras que la “envidia” no está en los riñones o el hígado. La envidia está en el en el alma y no hay cirujano en la tierra que la pueda extirpar.

¡Por favor!, medita un poco, no es tan difícil. Mira lo que somos, de dónde venimos, a donde vamos. Mira que hasta un pequeño pájaro es una obra maravillosa. Observa una planta, mira el mar y todos los tesoros que guarda, mira los pájaros volando en formación, como el mejor ejército; pero estos no hacen instrucción, traen la lección aprendida. ¿Quién será el instructor? ¿En qué piensas? ¿Es posible salvarse sin entregarse al Salvador? ¡Naturalmente que no!

Marcos 16:15-16. Y les dijo: Id por “todo” el mundo y predicad el Evangelio a toda criatura. El que creyere será salvo; mas el que no creyere, será condenado.

Estas palabras de Jesús han sido burladas, ignoradas, modificadas, ya que Él dice: el que creyere y “fuere bautizado” será salvo; pero la Iglesia oficial no dice nada (ignora, oculta); pero hace lo que quiere y bautiza los niños a los ocho días de nacer. Jesús no dijo tal cosa. Primero creer, y luego confirmar esa creencia bautizándote; pero lo que hacen es bautizar al recién nacido y decir: un católico más a la lista, como hacen los políticos: ¡Un voto más!

También dice el versículo 15: “predicar el Evangelio”; pero, ¿qué Evangelio se predica si todo está ocultado? Jesús ordenó predicar su Evangelio, no mandó adorar santos y vírgenes. Jesús mandó predicar su Evangelio; pero no mando fundar una empresa para fabricar santos en serie. Jesús mandó predicar su Evangelio; pero jamás dijo que había un Purgatorio y que, pagando “misas” –los que pueden- ganarían el Cielo. Las palabras de Jesús son de autoridad, y él dice: El que no creyere en mí será condenado. (versículo 16)

En Lucas 1:46 y 47 dice: Entonces María dijo: Engrandece “mi alma al Señor” (se refiere a su hijo Jesús); y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador. (Para quien lo ignore, le diré que el Salvador es Jesús. No hay otro.)

La Iglesia Católica dice que María fue virgen después del parto; pero la Biblia dice, en San Lucas 2:7: Y dio a luz su hijo PRIMOGÉNITO, y lo envolvió en pañales.

En S. Mateo 13:55 dice: ¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus “hermanos” Jacobo, Simón, José y Judas? (también tenía hermanas) ¿No están todos sus hermanos con nosotros? ¿De donde, pues, tiene éste todas estas cosas?

En el Evangelio de S. Lucas 8:20 y 21. Y se le avisó diciendo: Tu Madre y tus hermanos están fuera y quieren verte. Él entonces respondiendo, les dijo: Mi Madre y mis “hermanos” son los que oyen la Palabra de Dios, y la hacen.

Los Católicos se arrodillan ante el papa y le besan la mano. En HECHOS 10:25 y 26 dice: Cuando Pedro entró, salió Cornelio a recibirle, y postrándose a sus pies, adoró. Más Pedro le levantó, diciendo: Levántate, pues yo mismo también soy hombre. ¿Cómo es posible que durante tantos años que existe la Iglesia Católica no hubo nadie que leyese estos versículos?. Si los leyeron, ¿Porqué los desprecian? Así, como éste ejemplo, podíamos poner muchos; pero para muestra, basta un botón.

Romanos 7:14 al 21, Pablo escribe: Porque sabemos que la Ley es espiritual; más yo soy carnal, vendido al pecado. Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago. Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la Ley es buena. De manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora en mí. Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien mora en mí; pero no el hacerlo. Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí.

Como habréis observado, esto parece un rompecabezas; pero para quien haya leído las escrituras resulta muy sencillo. Siempre venimos a parar a lo mismo. Hemos heredado el pecado y viviremos siempre siendo pecadores; pero los que hemos aceptado a Jesús, como nuestro único Salvador, estamos seguros de nuestra salvación, pues está la Biblia llena de versículos, que son promesas de Dios, que nos aseguran la salvación.

Efectivamente, a Pablo le ocurría lo que nos pasa a todos los cristianos, pedimos a Dios que quite de nuestro corazón y mente todo lo malo; pero está así establecido por Dios y seguiremos criticando al hermano, al vecino, a los políticos, a todo lo que se nos ponga por delante. La crítica, los comentarios sin fundamento nos hacen mucho daño y estas palabras, ¡sin mala fe!, como decimos, son como una rueda que, cada vuelta que da, va aumentando la velocidad y pilla todo lo que se le pone por delante.

La “verdad, ó mentira” que salió de nuestra boca, que al principio era del tamaño de una mosca, termina por ser un elefante, porque nuestra maldad la va modificando, siempre hacia el mal.

Esto es lo que pasa entre cristianos. A estos pecados que no quiero hacer; pero hago, aún pidiéndole al Señor de todo corazón que me cambie, ¿Qué no harán los que no se han entregado a Cristo. No somos mejores los entregados a Cristo que los católicos Romanos; pero hay una gran diferencia. Nosotros, pecando; respetamos los mandatos de Cristo. ANDAMOS EN OBEDIENCIA. Yo doy las gracias a Jesús y al Espíritu Santo por el nuevo nacimiento, llamado también cambio de mente y corazón; pero un católico no puede tener ese cambio por desconocer las escrituras y seguir los mandatos de hombres tan pecadores como ellos. Cuando un cristiano se desliza obrando mal, el Espíritu Santo le avisa y de ésta forma nuestra conducta está en armonía con Dios y en nuestro corazón hay paz.

Quien no acepta a Cristo como su único Salvador no puede recibir el Espíritu Santo.

Cecilio García Fernández
San Martín de Podes

LA LUCHA COTIDIANA

Mirar que el hombre se esfuerza,
y lucha por todas partes.
No vale esfuerzos, ni fuerzas,
seso, ni mañas, ni artes.

¿Qué vale un consejo ajeno,
si no hay enmienda o castigo?
¿Cómo es lo malo, o lo bueno,
si no escuchas lo que digo?

El fuego, es pura brasa
que termina por matar,
a todo el que se desfasa,
en su triste caminar.

Ignoro si alguien me entiende,
que al matar, el fuego es cruel,
pero todo el que lo enciende,
sabe si es por mal, o bien.

Hay fuegos abrasadores
que solo nos traen mal;
pero los más habladores,
abrasan a tal y cual.

Lenguas que queman el alma,
lenguas que causáis dolor,
lenguas que sois un veneno,
madres de todo rencor.

No me excuso de pedir,
remedio para este mal;
pero hemos de resistir,
y lo tengo que decir
caiga bien, o caiga mal.

Quien vive siempre en temor,
jamás puede tener suerte,
que es la causa del dolor
que nos lleva hasta la muerte.

El fuego que nos abrasa
derrite todo mi ser,
pues lo bueno pronto pasa,
tanto fuera, como en casa,
luchemos para vencer.

Y una vez que hayas vencido,
ayuda a otro a luchar,
que hay que ser agradecido,
porque todo bien nacido,
debe de saber amar.

Esfuérzate por servir,
siempre al más necesitado,
no hables, si vas a mentir,
que es vivir equivocado.

Busca la fuente del bien,
y bebe de ella abundante,
y si amarga el paladar,
puedes tomar un calmante.

Valorar la discreción
y no perder la esperanza,
que sea buena la unión,
respetando la templanza.

No hablar mal del enemigo,
aunque nos cueste bastante;
aquí se bien lo que digo,
porque fui buen practicante.

Cristo cambia corazones
y también rompe cadenas,
los santos son ilusiones,
y luego llegan las penas.

Cuando allá te pidan cuentas,
por todas tus oraciones,
Dios no te dará respuestas,
tus santos fueron traiciones.

Lágrimas que has derramado
por ir en la procesión,
son las que te han traicionado,
porque ibas encadenado,
como un preso a la prisión.

No pidas clemencia al Clero
al obispo, o cardenal,
pues no han entrado en el Cielo,
¡No se han podido salvar!

¡Bien que nos avisó Cristo!
¡Buena sangre derramó!
Pero tú, con fanatismo,
fuiste un necio -por lo visto-
y el necio se derrumbó.

Tenemos buen testamento,
palabras de gran saber,
la religión es tormento,
con sus guerras y lamentos,
como puedes comprender.

Cecilio García Fernández
San Martín de Podes

miércoles, 20 de octubre de 2010

¡LA LENGUA!

La lengua es imprescindible
para poder expresarse,
y sirve para otras cosas,
como es el alimentarse.

Pero la lengua es “dañina”
es culpable de mil males,
son como aves de rapiña,
¿Pero son todas iguales?

La lengua, y el corazón
tienen una semejanza;
pero no tienen razón,
si actúan con arrogancia.

La lengua es muy perniciosa,
es muy cruel y muy dañina.
¿Existe una lengua buena?
¡Pregúntale a mi vecina!

Es un potro desbocado
que no puedo dominar.
Si naciéramos sin lengua,
era más fácil amar.

Es responsable de todo,
de todo lo que anda mal;
pues critica a todo el mundo
lo mismo que un vendaval.

Las guerras son por las lenguas,
y por tantas ambiciones,
que se anidan en el alma
pervirtiendo corazones.

Cuando existe amor sincero,
sobra la “palabrería”.
El amor es lo primero.
El amor es armonía.

Las palabras de la “paz”
las tengo que bendecir;
pero abunda lo mordaz
y lo tengo que decir.

¡A las palabras mordaces
a todas las tengo horror!
¡Quien habla con “indirectas”
jamás conoció el amor!

¡Palabras como puñales
traspasan los corazones!
¡Siempre son cosas banales,
siempre son murmuraciones!

¡Es que me dijo Antoñita
que hablas mal de mi marido,
luego el pobre, se me excita,
y nos metes en un lío!

¡Estas buena para hablar,
que no hay quien cierre tu boca,
y siempre, para hacer mal!
¡Eres una mujer loca!

Tan loca yo no estaré,
pues me guiña tu marido,
y para “tapar” tú boca,
por eso yo te lo digo.

La Epístola de Santiago (3:12)
habla con gran claridad,
diciendo que todos somos
una gran calamidad.

Quien no ofende con palabras
es un varón muy perfecto,
y al ser un hombre de bien,
también refrena su cuerpo.

Hay naves que son grandiosas
navegando contra vientos;
pero un pequeño timón,
las domina en un momento.
.
La lengua es miembro pequeño,
y se jacta de grandezas;
pero contamina el cuerpo
si andemos con sutilezas.

Cecilio García Fernández
San Martín de Podes

LA JUSTICIA DE LOS HOMBRES -Un hecho reciente)

Un gitano bailarín,
que sin carnet conducía,
señales no conocía,
y al pasar un peatón,
lo atropelló, sin razón,
y lo lanzó a la otra vía.

El pobre se fue a la tumba
y la mujer, sin marido;
y un gitano presumido,
con un coche fabuloso,
le quitó, lo más hermoso:
al ser que la había elegido.

Después de matarlo bien,
el bailarín se nos fuga;
más la autoridad no duda,
y encuentran al responsable;
pero nadie saca el sable
para hacer justicia pura.

Preparan la coartada,
para culpar a un hermano,
que con inocente mano
se iba responsabilizar,
ya que al tener que pagar,
él era un pequeño enano.

Interviene la justicia
toda vestida de negro;
y la viuda, sin consuelo,
solo le queda el llorar;
porque esto de reclamar..,
es perder tiempo y dinero.

Un abogado “famoso”,
de los que no pierde juicio,
compra, quizás ya por vicio,
a toda la Corte entera,
y sigue haciendo carrera,
que no tiene desperdicio.

Otros, por menor delito,
tienen que cumplir condena;
y el necio que tenga pena,
que aprenda a ganar dinero,
que para ganar el Cielo
ahora hace falta “moneda”.

¡La viuda ya perdió el juicio!
y recurre de inmediato;
pero volverá el ingrato,
llamémosle Don Dinero,
a demostrar lo primero:
¡Lo que es gozar de buen trato!

Todo se vende en la vida
por causa del egoísmo;
y el pobre, cae al abismo,
y nadie puede sacarle;
pero si vas ayudarle,
a ti te pasa lo mismo.

Apliquemos la justicia
que Dios puso en nuestras manos,
pues todos somos hermanos,
y no existe más razón,
que amarse de corazón,
mis queridos ciudadanos.

¡Viuda, que té quedas sola,
triste y muy desamparada,
lucha como condenada,
porque, éste mundo inherente,
siempre atropella a la gente
que está más debilitada!

Se endurece el corazón,
y hasta el alma se estremece,
porque hay quien dicta “sus trece”,
por ser “un sabio oportuno”;
pero honrado, ¡no hay ni uno!
aunque a veces lo parece.

Si “tropiezas” con dinero,
cuando hablamos de “justicia”,
recuerda que la avaricia
atropella las razones,
las almas, los corazones,
aunque dobles tus rodillas.

El mal, se extiende cual plaga,
y si se corta, retoña,
y aunque crece y da ponzoña,
se sufre de muchos modos;
más la tierra ¿no es de todos?
¿Me lo preguntas con “coña”?

Cecilio García Fernández.
San Martín de Podes

LA INFANCIA, EN TIEMPOS DE GUERRA

¿Fue mi infancia triste?
¿Recuerdo mis penas?
¡Recuerdos mil cosas;
Mas no todas buenas!
por haber vivido
rescoldos de guerras,
que siempre desgarran.

Tu formulas quejas
contra los tiranos
que jamás se quejan;
porque los que sufren,
viven entre rejas.

¡Malditas las guerras!
cambian los destinos,
pierdes tus ovejas,
por tristes caminos,
¡No se admiten quejas!
porque te vencimos.
¡Así son las cosas
mi querido amigo!
.
El hombre afligido
quiere levantarse;
pero está abatido,
cual árbol caído
por desmoronarse,
porque le han cortado
junto a mi camino,
donde crecen hierbas,
rosales y pinos,
junto a otras malezas
con verdor divino,
que alegran la vida
lo mismo que el vino;
pero con resacas;
que tuercen caminos,
tuercen tantas cosas
que hasta los amigos
te miran de lado
si andas decaído,
porque si flaqueas
te quedas vacío,
como un río seco,
que ya no es un río,
donde había peces
que se han extinguido.

¿Qué nos dan las guerras
que se han repetido
por toda la tierra
mi querido amigo?
¡Nos dejan angustia,
lamentos y olvidos,
por los que se han muerto,
por los que han sufrido,
por los maltratados,
por los afligidos,
por los despreciados,
por los mal nacidos!

¡Malditas las guerras,
mil veces lo digo;
pues son un calvario,
sin manta ni abrigo;
pues lloras y sufres
por los que han sufrido,
porque que los más fuertes
así lo han querido!

Cuando existen guerras
siempre hay un vencido,
siempre hay un pagano
que es quien ha perdido,
sin haber razones,
tal como lo digo;
por las ambiciones
de algún mal nacido,
que mata a su padre
por un viejo abrigo;
pues no es el primero
que está decidido
ha vender al padre,
el ser más querido.
¡Somos como bestias!
Sé bien lo que digo
queridos amigos,
ya que por desgracia
se compran abrigos,
por causas horrendas
del soberbio altivo,
que se siente fuerte
sabio y entendido;
pero es un cobarde,
pobre y mal nacido!

Cecilio García Fernández
San Martín de Podes

lunes, 18 de octubre de 2010

LA PLAYA DE LA GUILERA -San Martín de Podes- Gozón -Asturias.

Recuerdos. ¡Gratos recuerdos
que jamás podré olvidar,
porque la mente es muy sabia,
y no hace más que archivar!

Recuerdo, cuando de niño,
y también de adolescente,
iba por agua a la fuente,
y luego, bañarme al mar.

Con bañador en la mano,
y las alpargatas rotas,
corría hacia La Guilera,
igual que las cabras locas.

Iba con Juan de Francisco,
que Dios le tenga en la Gloria,
y también con Rufinín,
y todos los de Victoria.

Corríamos como los galgos,
en frenética carrera,
bajando por La Guilera,
y luego venía el descanso.

En la arena pura y limpia
nos tumbábamos al Sol,
y hoy recuerdo con nostalgia
que la vida es un dolor.

Cuando íbamos, al baño,
porque el cuerpo lo desea,
nos zambullíamos todos
en aguas de “mi” Guilera.

¡Adiós Guilera del alma,
que te tengo que olvidar,
porque ahora, estoy herido,
y no puedo correr más!

Ahora tengo los recuerdos
que ya no podré olvidar;
como han sido los maestros
y maestras del lugar.

Recuerdo con gran nostalgia
la separación de niños,
por no crear amistades
ni activar nuestros cariños.

Entre las niñas y niños
no existió la relación,
por causa de la cultura
fruto de la religión.

Dios no separa a sus hijos;
sobre todo a la inocencia;
porque Dios a todos dijo:
La relación es esencia.

Cuando no te relacionas
no te pueden conocer,
y no tendrás amistades
que te ayudan a vencer.

Que no aíslen mas a nadie,
que no causen más dolor,
porque no vuelve la infancia,
que es nuestro primer amor.

Cuando se guardan distancias,
llegan las desavenencias,
propias de malas conciencias,
por exceso de arrogancia.

Por falta de relaciones
hay distancias peligrosas,
incluso entre familiares
suelen pasar estas cosas.

Actuemos con prudencia
que somos muy semejantes,
todos con poca paciencia,
y bastante dominantes.

No hablemos mal del amigo,
que el amigo es lo mejor.
¿Sabes bien por que lo digo?
¡Porque existe poco amor!

Perdonemos las ofensas,
porque todos ofendemos;
ya que nuestra lengua es larga,
y muchos no lo sabemos.

La crítica se descubre
y corre muy deformada,
por eso, lo que decimos,
destroza a la gente amada.

Hay que defender al débil;
pues todos le atropellamos,
porque todos somos hombres,
y están sucias nuestras manos.

Bendigo a Pepa del Campo,
y también a Generosa,
a Rafaela Benita,
y los de La Polvorosa.

Recuerdo a los de Martín,
y hasta Celesta y Celesto,
también los del Regarín,
y a los de Casa del Puerto.

Recuerdo a los de Boliche
y a Mamina Recaxada,
y a los de Casa El Cantón
y los de La Rebollada.

También recuerdo a Ramona,
que fue una buena Condesa,
aunque trabajó en la Llosa,
con mucho amor y destreza.

Recuerdo a todos los viejos;
pero ya no hay más cuartillas;
por eso pido perdón
poniéndome de rodillas.

Recibir todos un beso de,
Cecilio García Fernández

LA FUSTARIEGA -Sidrería- Verdicio -Gozón-

Era un sábado de octubre,
fuimos por la carretera,
rodando hasta Verdicio,
cerca del Cabo de Peñas.

Eloy nos llevó en su coche.
Pasamos por La Reguera.
Subimos a San Martín,
En una veloz carrera.

¿Nos dices a dónde ibas?
Fuimos a La Fustariega,
A comer, como Dios manda.
¡Y el que manda no es cualquiera!

Yo “charlé” bien con la gente.
Con amigos de la aldea,
Allí todo era alegría;
Pero llegó la quimera.

Después de comer cabrito,
Con un vino de primera,
Me vinieron “mis” dolores,
Y esto no es la vez primera.

Por un accidente ingrato,
Arriesgue mi vida entera;
Son las cosas de la vida,
Le dije a mi compañera.

Ahora, no valen lamentos,
Lucha como hace cualquiera,
Lucha con ardor y sangre
Como una persona entera.

He quedado tan maltrecho,
Por andar siempre en carreras;
Pero doy gracias a Dios;
Pues la vida tengo entera.

El Doctor estaba ausente.
Ambulancia no existía;
Más yo al ser muy consecuente,
Una cama les pedía.

En estos casos extremos,
Todo el mundo se acelera;
Pero yo sé lo que tengo,
¡Es lo que nadie desea!

Como cama no existía,
Me cogieron en volandas,
Y me metieron al coche.
¡Recupérate y descansa!

Luego, ya fui mejorando;
Pero mi esposa sufrió,
Y eso que está acostumbrada,
Eso lo aseguro yo.

Empezamos mal la fiesta;
Porque la vida es tirana.
¡Siempre con la cruz a cuestas;
Pero aunque no tengas ganas!

La muerte me importa poco,
¡Lo siento por Josefina!
Pero todos, poco a poco,
Dejamos esta “oficina”.

Yo como confío en Cristo,
El único Salvador,
Lo doy todo por bien visto,
Aunque me amarga el dolor.

Doy gracias al personal,
Que me atendió con cariño,
¡El caso, no era banal!
Estaba, peor que un niño.

Gracias os envío a todos,
Por vuestro comportamiento
Y si en algo he molestado,
.Creerme que lo lamento.

La vida da malos tragos
Que llamamos sufrimientos;
Porque al recibir los palos,
Luego vienen los lamentos.

San Martín de Podes
Cecilio García Fernández

LA FIDELIDAD

El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel; y el que en lo muy poco es injusto, también en lo más es injusto. Lucas 16:10.

Consecuencias de los pequeños descuidos

Por la falta de aquel clavo,
La herradura se perdió;
Por falta de la herradura,
Un caballo se perdió;
Por la ausencia del caballo,
El jinete se perdió;

Y al no existir el jinete,
La batalla se perdió;
Por falta de una batalla,
¡Un reino que se perdió!


Por esta cadena de situaciones, cuyas consecuencias se agravan cada vez más, es una realidad que se constata a menudo. Basta un pequeño descuido para que se forme un alud. Recordar las desgracias que vemos por televisión, donde comprobamos como se empieza a formar un pequeño alud, que va creciendo, y pronto arrastra un pequeño montículo, luego empieza por una casa y termina con la aldea, con las consiguientes desgracias.

Por no poner bien el despertador nos levantamos tarde, no podemos asistir a la cita y perdimos el puesto de trabajo; luego se suceden los problemas en cadena. El puesto es para otro y las deudas se acumulan, hay que vender la vivienda, nos separamos de la esposa, abandonamos los hijos y todos son desgracias para la familia. ¿Quién ha tenido la culpa? ¿A quién debemos de recurrir cuando las cosas las hemos torcido nosotros? Ya no es ocasión de buscar culpables; más bien debemos de buscar soluciones. Se nos torció todo, no hay solución posible, humanamente; pero tenemos a Dios siempre dispuesto a escuchar nuestras oraciones – peticiones - no me refiero a “rosarios”, repeticiones en cadena, dirigidos a imágenes que no oyen.

Cuando uno está desesperado, por la causa que sea, desesperadamente hay que clamar a quien todo lo puede; pero, naturalmente que, para clamar a Dios, primero hay que creer que le hay; pues son muchos los que maldicen al Señor y cuando se ven en situaciones desesperadas claman a quien siempre han negado. Todos somos pecadores; pero para quien cree y se arrepiente, siempre hay salvación. Así es Dios de misericordioso.

Para quien echa la culpa a Dios de todas las atrocidades que ocurren en el mundo, hay que recordarle que Dios envió a su Hijo al mundo para morir humillado, maltratado, despreciado y crucificado en una Cruz para cargar con todos nuestros pecados, que entre otros son: la envidia, orgullo, atropello de los más humildes, guerras, muerte de niños hambrientos, homosexualidad, fornicación, robos, crímenes de toda índole, avaricia, falsas religiones, con sus falsos profetas que solo buscan poder y riqueza.

Buscáis poder y riquezas,
Y las tenéis abundantes,
Pero aquí, lo más “chocante”
Es vuestra innata maldad,
Pues no amáis la Verdad;
Os gusta la “ butifarra”,
Y el amor se despilfarra,
Porque quien adora estampas,
Ha de caer en sus trampas,
Fruto de la vanidad.

Cecilio García Fernández
San Martín de Podes –Gozón-

LA ESPERANZA

Un amigo verdadero
no se conoce en diez años;
por eso los desengaños
todos vienen de sorpresa.
Jamás sientes en tu mesa
tanto a necios como a extraños.

Para aprender mucha ciencia
no me hace falta la escuela,
me bastan unas espuelas,
-le dijo el necio al más "sabio"-
luego rezo un buen rosario
y puso en rumbo sus velas.

No hay escuela como el “mundo”,
ni hay mundo como una escuela,
y aquí, quien no corre vuela,
y no se hay que sorprender,
que el “sabio” ha de aprender
durante una vida entera.

Hay hombres que con su ciencia
tienen la cabeza hinchada,
y no les sirvió de nada,
ya que el necio, si no es ducho,
no sabe poco, ni mucho;
si por muy poco se enfada.

Con la mirada profunda,
vemos si en un corazón
hay un necio con razón,
porque los ojos más puros,
nos sacan de mil apuros,
en cualquier mala ocasión.

¿Para qué quieres estudios
si es que no te enseñan nada?
Con una sola mirada
el hombre de gran talento,
sabe lo que llevas dentro,
y suelta una carcajada.

Jamás pongas tu confianza
en un corazón humano,
porque no existe un hermano
que te conceda su herencia,
y esto pasa con frecuencia;
pero Dios es Soberano.

El destino de los pobres
llega sin ningún aviso.
Trabajas por un mal guiso,
pues produces, y no ganas
para comprar las “bananas”.
Que esto te sirva de aviso.

Al final, habrá justicia;
pues todo se ha de pagar,
porque todo ha de llegar
con la justicia Divina;
porque quien lo determina,
es justo. No ha de fallar.

Las injusticias se crecen
como un árbol, bien podado,
que retoña, de año en año,
con la fuerza de su sabia;
pero el pobre, se “resabia”
al llevar un desengaño.

El pobre, no tiene herencia,
convive siempre entre ruinas,
lo que la “suerte” destina,
no puede el hombre evitar;
si no te quieres pinchar
no juegues con las espinas.

Hoy tú, sufres con pesares;
más ya llegará el consuelo,
la Luz que baja del Cielo
es la que va hacer justicia.
El rico con su avaricia
tendrá que rasgar su velo.

Pues no hay mentiras eternas,
ni verdades sin consuelo;
y mientras pisas el suelo
debes obrar rectamente.
Lo manda la buena gente
y nuestro Dios Verdadero.

No hay mal que dure cien años;
pero el bien va ser eterno;
porque el pobre, si está enfermo;
solo podrá suplicar.
Más poco le van a dar,
los que han ganado el Infierno.

Cecilio García Fernández
San Martín de Podes

sábado, 16 de octubre de 2010

LA CRUZ

El buen Cristo de la Cruz
murió por la humanidad,
y sabemos que es verdad
porque nos trajo La Luz.

Le clavaron fuertemente
sin la menor compasión,
sabiendo que era inocente
y de buena condición.

Le crucifican vilmente
como si fuese un ladrón.
Él cargó con mis pecados,
y no le dieron perdón.

Vino a salvar pecadores
de todas las condiciones;
mas hay quien adora estampas,
y van a las procesiones.

Jamás distinguió las “clases”
que hay entre los pecadores.
El nos ha creado iguales
y nos paga con amores.

Tenemos la mente estrecha
para poder comprender,
que nos vino a defender
de nuestra vida maltrecha.

Hoy le cantamos la Gloria
al Cristo de la Alegría,
con gozo y gran devoción,
sin ninguna alegoría.

Merece nuestro respeto
y toda la admiración,
¡Que nadie le ponga el veto,
al único Dios de amor!

Mira hermano donde pisas,
que al Cristo de los Humanos,
se le maltrató, con risas,
atado de pies y manos.

Cristo, fue un hombre entero,
y al morir no dio ni un grito.
¡Él murió como un cordero!
Yo siempre lo certifico.

Cantemos con alegría
y con todo nuestro amor
al Jesús de la armonía
¡El que nos calma el dolor!

A mí me gusta cantar
a Jesús el del madero,
luego, voy a descansar.
Pero hagamos lo primero.

Las imágenes de Cristo
las ponen sobre un bastón;
esto es pura idolatría,
pérdida de la razón.

Nuestro Cristo está en el Cielo.
¡Quitarle de ese bastón!
Jesús está en todas partes.
No tiene limitación.

Él habita en nuestras almas,
si estamos en comunión,
pero hay que adorarle a diario,
a solas, y en reunión.

El Maestro habló muy claro.
¡Él no admite idolatría!
pero nos pide el amor,
no nos pide fantasía.

Adoremos al Maestro,
Señor de la Salvación;
que fue quien nos dio el derecho
de vencer con su perdón.

Adorar, con alabanzas,
porque para esto vivimos
y no llenemos las “panzas”
de comidas y de vinos.

Yo siempre me estoy quejando
y soy un gran pecador;
no me lo tengas en cuenta,
te lo pido por favor.

Hiciste muchos milagros,
salvando miles de vidas,
y yo haciendo desagravios
mientras curas mis heridas..

Cecilio García Fernández
San Martín de Podes

LA CONDESA - Cristina Fernández. hija de mi primo Romón- Podes -HUMOR-

Dicen que se va a casar
Cristina de La Condesa;
Pero, cortejaste poco
para cumplir la promesa.
¡Mira que eres muy novata,
para ir al casamiento!
¡Piénsalo diez años más,
y él va quedar más contento!
Total: ¿Cuánto cortejaste,
ya que mi memoria falla?
¿Llegará a los “doce” años?
Si ves que no miento, calla.
Además, Si una Condesa
se va con un labrador,
¿que dirá la Realeza?
¡Les causarás gran dolor!
Tú sabes que eres mi prima,
y te tengo gran aprecio;
¿Acaso no hay un marqués?
¿Cómo puedes hacer esto?
Dios nos coja confesados
en las cosas del amor.
¡Pido que ésta gran Condesa,
se case con gran honor!
Os deseo mucha suerte
con todo mi corazón.
Luego, ya no nos veremos.
¡Destrozas mi corazón!
Dejas muy solos, los padres,
a tu hermana, y a sobrinos,
y te van echar de menos,
en Monteril, los vecinos.
Que Dios te conceda hijos,
todos llenos de salud;
pero tres que sean fijos,
y que des muy bien a luz.
Que se extienda la familia,
sin andar con miramientos.
¡Mira que siendo Condesa,
no se puede andar con cuentos!
La boda será "bombosa".
¿Dónde se va celebrar?
Yo pido que sea hermosa,
y que no sea en un Bar.

Ramón: Vas a quedar solo
con tú querida Maruja.
¡Ya sé que es un gran tesoro
y además, a ti te embruja!
¡Casina de La Condesa,
que sola te estás quedando!.
¡Cuántos vivieron en ella!
¡Todo se está despoblando!
¿Dónde están aquellas casas
como la del Artillero?
ó como la de Francisco,
también la del Figaredo.
Dónde están aquellas vacas
que iban por las carreteras.
Había muy pocas blancas,
eran más, “roxas” y negras.
También había caballos,
y algunos tenían ”xarré”.
Otros tenían un burro,
y más cosas que no sé.
¿Dónde está el salón de Armando,
y la Casa Rafael?
Pregunto; pero con pena,
¡Pues ya no las vuelvo a ver!
¡Que poco dura la vida!
¡Y que grande es el dolor!
Se mida como se mida,
solo nos queda el clamor.
Hoy solo se tiene fe
en el maldito dinero;
por eso todo se ve,
como el blusón de un minero.
Por la maldita ambición,
se estropean matrimonios.
¡Es todo la perdición!
¡Aquí mandan los demonios!
Hay que humanizarse más,
no ser tan materialistas.
De lo que tienes, ¿Qué das?
O ves las cosas distintas.
Hay que pensar con talento;
pero con mucha humildad.
¡Que Cristo sea el sustento,
de toda la humanidad!

Salinas. Septiembre de 2.000
Cecilio García Fernández.

LA CARCEL DE LA VIDA

En la cárcel de la vida,
no todos somos corderos;
pero somos prisioneros
de nuestras vanas pasiones.
Saquemos las conclusiones
los humildes y altaneros.

Vivimos como manadas
que carecen de pastor;
por eso es un gran dolor
ver ovejas descarriadas,
perdidas, abandonadas,
clamando en busca de amor.

Expreso, a quien lo ignora,
el rigor de tantas penas,
que la prisión con cadenas,
es una prisión muy dura;
nos lleva a la sepultura,
y esto no son cosas buenas.

En las prisiones del mundo
la noche no tiene estrellas
-ni existes feas ni bellas;
es todo una confusión-
Se pierde hasta la razón;
mas, abundan las querellas.

Por no conocer a Cristo,
el mundo está prisionero
-por eso el más altanero
es quien gobierna en la tierra—
hambre, corrupción y guerra,
es la maldad que no quiero.

No crean en purgatorios
que les vayan a purgar
-no piensen en divagar
estas cosas peligrosas—
que hay espinos con las rosas,
y te pudieran dañar.

Mira que el muerto no vive
y no te puede escuchar;
mas si quieres despertar,
hay una Palabra Santa,
que dicha por tu garganta,
sé que te va a contestar.

Las lágrimas derramadas
sobre la tierra bendita,
a nadie le purifica;
pues sola hay una Verdad
¡no creer en la maldad!
La Palabra santifica.

Gastar las horas baldías,
que son de pura aflicción
-perjudica el corazón,
y a todo el que te rodea—
la lágrima, que te vea,
que vives con ilusión.

Allí,frente al ser querido,
descargas todas tus penas,
que son igual que cadenas
que no te quieren soltar;
pero tú, les debes dar,
la libertad, no condenas.

Mas tú voz, que no se escucha,
cuando hablas solo en la tierra,
es como un grito de guerra
que lanzas con gran clamor,
y sé, que del gran dolor,
sale amargura y tristeza.

Acepta ese sufrimiento,
que te ha mandado el Señor;
y soporta tu dolor
con resignación cristiana,
al ver que Cristo nos ama,
que obedecer, es amor.

Si con ese sufrimiento
no te puedes conformar,
-busca quien te pueda dar
otra razón de vivir—
Dios nos manda resistir;
y resistir, es amar.

Dentro del cuerpo del hombre
puede haber evolución,
si crees la relación
que existe entre Dios y el hombre;
mas. que el necio no se asombre,
que es solo una mutación.

Cecilio García Fernández
San Martín de Podes

LA BUENA SEMILLA

Sigo luchando fielmente,
y he de ganar la partida.
No la daré por perdida
ni la ganaré por suerte.
Yo lucho contra la muerte
que quiere robar mi vida.

Luchar, es mi obligación;
pues mi vida fue un regalo
que Dios me dio con agrado,
y tengo la obligación,
de adorarle con pasión
por todo cuanto me ha dado.

Los hijos de mi Señor
admiten todos los males;
mas no todos son iguales;
pero traen sufrimientos,
calamidades, tormentos,
fruto de nuestras maldades.

Nacimos siendo inocentes;
pero por una manzana,
una mujer pura y sana,
perdió toda la inocencia,
y al no obrar con obediencia,
se hizo una mujer pagana.

Salimos del Paraíso
perdidos por la vergüenza;
mas Dios que tuvo clemencia
nos obligó a trabajar,
a sufrir y hasta enfermar,
todo por desobediencia.

El mal, no es un fruto seco,
ni tampoco se murió,
se alimentó -creo yo-
de la herencia recibida,
y yo, pagué con mi herida
la fruta que ella comió.

El mal, se corta y se crece,
porque que al podarlo, retoña,
y no lo digo con “coña”;
ya que está bien demostrado
que del maíz bien cuidado,
se come buena “boroña”.

“De tal palo, tal astilla”,
esto me hace comprender,
que debo reconocer,
que mi fruto fue heredado,
y aunque lo tengo callado,
se descubre alguna vez.

Todos somos herederos,
salimos del mismo palo,
nos dejaron mal regalo,
y ahora con mucho dolor,
no plantamos ni una flor,
para darla de regalo.

Solo ha existido en la tierra,
un hombre, que no ha heredado,
sangre de aquel que ha pecado,
porque este hombre fue perfecto,
es decir, sin un defecto,
porque no nació manchado.

Su sangre, no es de mujer,
ni tampoco de varón,
es sangre de la razón,
es sangre de la verdad,
y no heredó la maldad
como la he heredado yo.

Su sangre, es salvación
que nuestro ser purifica;
mas todo aquel que critica
con el veneno en su lengua,
que su razón le detenga,
ya que su boca es maldita.

Con sano arrepentimiento,
si le adoras con tu boca,
tu corazón se desboca
clamando por el perdón.
Esto es obrar con razón,
y así nadie se equivoca.

Nos amargó la manzana;
mas su sangre nos lavó,
y esto no lo digo yo,
me lo ha dicho su Palabra,
semilla de quien bien labra,
cuyo fruto Dios me dio.

Cecilio García Fernández
San Martín de Podes
.

viernes, 15 de octubre de 2010

LA BIBLIA -Palabra de Dios-

¿Qué es la “ciencia”, para que pretendan ponerla a la altura del Creador, como algunos “iluminados” pretenden enseñarnos, y otros, más “sabios todavía” ponen la ciencia como única solución para todos los problemas de la humanidad, incluyendo, claro está, la creación del mundo? ¿Qué sabe la ciencia acerca de los misterios de la vida, del alma, del espíritu, del universo finito o infinito, de la existencia o negación de Dios? La eternidad, la vida, la muerte, la resurrección. Todos estos grandes misterios siguen ahí, para que los grandes “sabios” los resuelvan cuando puedan. Dios ya los ha puesto en manos de los humildes, por medio de su Palabra, que está al alcance de todos. Hubo y hay todavía, muchos “sabios”, presidentes de gobiernos, a lo largo de la historia, que para tomar una decisión, miraban primero el horóscopo.

Indudablemente que los resultados de la ciencia nos tienen asombrados; pero estos avances se realizan por hombres creados por Dios, con materiales, minerales y productos creados por Dios. El hombre solo puede descubrir lo ya existente. El hombre construye; pero jamás puede crear nada. Hay un solo Creador, un solo Salvador, y un solo intermediario, entre Dios y los hombres, Jesucristo.

Cuando Cristo vino al mundo
a dar la vida por todos,
bajó, a lo más profundo,
para limpiar nuestros lodos.
Hoy nadie puede negar,
la existencia del Señor.

Fue, hace unos dos mil años,
cuando vino el Redentor.
Aunque no leas la Biblia,
que es Palabra del Señor,
hay muchos libros de historia
al alcance del lector.

Hoy sigue habiendo milagros,
y hablan millones en “lenguas”.
¡Esto sí que son regalos!
¡Y si tú no creces, menguas!
¿Es que tú no ves a Dios?
¡Yo le veo diariamente!
¡y estamos juntos los dos!
y en esto, soy consecuente.

¿Ves la maldad que hoy existe
en el mundo “basurero”?
Es que existe Satanás,
que es un dios muy embustero.
Adoremos al Señor,
aquel que murió en la cruz.
Adoremos con amor;
a quien nos dio Su Gran Luz.

Hoy se adora a muchos hombres,
que viven en la opulencia,
y no quiero mencionarlos,
por causa de mi conciencia.
Arrinconaron a Cristo.....
que es el Rey de la paciencia.

Muchos hombres ignorantes
de las cosas del Señor,
opinan, muy arrogantes,
que oírlos, es un dolor.
Conocen algo de un tema,
que aprendieron de otros hombres,
y escucharlos nos da pena;
Pero que nadie se asombre.

Podemos saber “bastante”;
aunque de pocas materias;
más las cosas del Señor,
no las llamemos miserias.
Nuestro Dios es generoso,
hasta extremos de grandeza;
pero, no abusemos tanto
los que tenemos flaquezas.

No podemos presumir,
en cuanto a sabiduría.
¿Quién sabe su porvenir?
¿Qué sabemos de la vida?
¿Sabes tú de donde vienes?
¿Sabrás tú cómo terminas?

De las cosas del Señor,
podemos hablar, si hay fe,
más siempre será mejor
si callo lo que no sé.
En temas espirituales
no manda la inteligencia;
quien manda es el corazón,
siempre con mansa prudencia.

No presumamos de sabios,
pues todos sabemos poco.
Vale más cerrar los labios,
o abrirlos, pero muy poco.

San Martín de Podes
Cecilio García Fernández


.

LA AUTORIDAD DE JESÚS

Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio dio al Hijo, para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo no honra al Padre que le envió. De cierto, de cierto os digo: El que oye mi Palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, más ha pasado de muerte a vida. SAN JUAN 5:22, 23, 24.

Jesús no hace nada sin el mandato del Padre; pero el Padre no hace nada sino es por medio de Jesús. El Padre y Jesús no hacen nada, sino es por medio del Espíritu Santo. Dios se compone de Padre Hijo y Espíritu Santo. El Espíritu Santo mora en todo creyente que está entregado a Jesús; por eso Jesús está sentado a la diestra de Dios Padre; pero mora en nosotros. Dios no puede existir sin el Padre, sin el Hijo y sin el Espíritu Santo.

Nosotros no podemos vivir sin el Espíritu, sin el alma y sin el cuerpo. La mente está en el cuerpo y hace la función de un ordenador. Memoriza, archiva, y podemos darle órdenes para que ejecute una función; pero tiene que ser nuestra mente quien dirige a tan sabio ordenador. Nuestra mente también tiene quien le dé órdenes; nuestro corazón que es el que controla todo nuestro ser, bajo la orden suprema de nuestro Espíritu; ya que somos Espíritu, con alma y cuerpo.

En S. Juan 4:24 dice: Dios es Espíritu; y los que le adoran en espíritu y en verdad es necesario que le adoren. Aquí vemos como a Dios le hay que adorar en Espíritu. No manda adorar con mente, ó corazón.

Nadie está capacitado para hablar ó escribir si no lo hace sin el conocimiento de la Bíblia. Los profetas, muchos años antes de Cristo se guiaban por la el Antiguo Testamento, y Jesús leyó y cumplió con las Leyes; pero luego nos dejó Su Palabra y hechos. (Nuevo Testamento) para que las cumplamos. En el Viejo Testamento era: ojo por ojo, y diente por diente. Con Jesús todo cambió. Antes pecabas cuando ibas con la mujer de tu prójimo; pero ahora pecas si tú ojo, mente ó corazón desea una mujer que no sea tu esposa.

Como estamos observando, si seguimos las enseñanzas de Jesús – Nuevo Testamento - nuestro comportamiento mejora, y la convivencia entre los hombres se normaliza. Habrá menos malestar entre los hombres, y como consecuencia mejorarán las relaciones entre vecinos y naciones. Menos guerras, menos hambre y más justicia, que, precisamente de esto andamos muy mal; ya que la Justicia se compra y se vende, por lo que los palos siempre van a parar a las mismas costillas, las de los más humildes, económicamente.

Para poder entregarnos a Jesús, es necesario conocer Su Palabra, ver, qué nos dice, que nos manda hacer, que nos prohíbe, y salir de las sectas donde se adora a dioses extraños,-imágenes- donde unas son de oro, otras de bronce, madera, etc. y el resultado ya vemos cual es: Sexo en abundancia, homosexuales, lesbianas, pornografía, explotación de los seres humanos más débiles, y gran degeneración de todos los valores humanos.

Leamos la Palabra, y andemos en obediencia, y nuestra vida cambia radicalmente. Su Palabra es espíritu y tiene mucho poder. Testifiquemos sin vergüenza, y siendo posible, ir a un culto donde se siente la presencia del Señor. Yo lo he comprobado muchas veces, lo que no me ocurrió en cuarenta y pico de años como católico.

Jesús mismo dice: San Juan 5:39, 40, 41, 42 y 44: Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí; y no queréis venir a mí para que tengáis vida. Gloria de los hombres no recibo. Más yo os conozco que no tenéis amor de Dios en vosotros. ¿Cómo podéis vosotros creer, pues recibís gloria los unos de los otros, y no buscáis la Gloria que viene del Dios único? -Que tome nota la Iglesia Católica-

Meditemos sobre lo que estos últimos versículos nos enseñan sobre la gloria y vanidad de los dirigentes de las religiones, que solo sirven para apartarnos de Dios, y para enfrentarnos a él; pues cada cabeza, de la religión que sea, se siente un gran ó pequeño Dios. En nuestro caso, con el catolicismo romano, nos muestran un apóstol, seguidor de Pedro, con una Virgen intercesora, que le quita el poder a Cristo, según ha quedado demostrado por la Historia del Cristianismo y por la Biblia.

¿Cómo podéis vosotros creer, pues recibíes gloria los unos de los otros y no buscáis la gloria que viene del Dios único? No `penséis que yo voy a acusaros delante del Padre; hay quien os acusa, Moisés, en quien tenéis vuestra esperanza. Juan 5:44,45.

Los reyes, presidentes de gobiernos, jefes de estado, ministros, grandes banqueros, autoridades de justicia, y un sinfín de personalidades que han ido a rendirse y humillarse ante un hombre ambicioso, que vive en la opulencia y se entromete en los asuntos, no espirituales del mundo actual, dejando la Grandeza de Nuestro Maestro muy baja, que es el único digno de recibir alabanzas. /muerte de un papa/
Los santos, santas, vírgenes, que ensombrecen la gran figura de quien fundó nuestro universo y se humilló hasta lo sumo, dando Su vida por la nuestra, con el más grande de los sacrificios, para salvarnos de una muerte espiritual horrenda. Recordemos siempre que somos espíritu, con cuerpo y alma. Por eso al ver ese despliegue de autoridades por todos los canales de televisión, prensa radio, ya que todo es posible para ensalzar a un hombre tan pecador como todos los que existimos en la tierra. Yo me pongo muy triste; pues carezco de capacidad mental para comprender, no su egoísmo, su ego en grado sumo; sino la gran ignorancia del hombre, que es capaz de adorar a otro hombre.

Una vez más, está demostrado que los títulos universitarios para nada sirven en estos temas espirituales, que son los únicos que interesan al hombre, ya que el tiempo que nos toca vivir aquí, es como un pequeño sueño. Que Dios abra los ojos a todos los ciegos.

En San Juan 6:29 y 37 dice Jesús: Ésta es la obra de Dios, que creáis en el que él ha enviado. Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y el que a mí viene, no le echo fuera.

Como observamos, Jesús no dice que los que sean buenos no los echa fuera, no, Él dice “todos” los que a él vienen, no los echa fuera. Este Jesús que no movía una paja sin permiso del Padre, es el que en estos tiempos, y en otros, se le desprecia por causa de hombre llenos de orgullo y poder humano, para ensalzarse ellos y sus imágenes y hacer que el Cristo Salvador mengüe, para que ellos, con sus santos, sean ensalzados y adorados, como lo están siendo.

Jesús está hoy haciendo miles de milagros; pero no interesa que se vean y seguimos enviando cientos de miles de almas inocentes a pedir milagros a una buena talla de madera, vestida, eso sí, con buena tela y bordados de oro. Cada uno recogerá lo que ha sembrado.

Los que creemos solamente en Cristo, estamos obligados a luchar por su Verdad, cueste lo que cueste. Es nuestra obligación adorarle, glorificarle, bendecirle y ser fieles a todo cuanto nos enseña en su Santa Palabra. El nos dijo: Id por todo el mundo y predicar el Evangelio. ¿Qué otra cosa podemos hacer?

Dios nos dejó riquezas incalculables sobre la superficie de la tierra y los mares; pero están mal repartidas. Si todos los hombres que se enriquecieron a costa de las miserias de los pobres, repartieran todo lo que les sobra de sus fortunas, no habría más pobres.

Dios no comete errores. No se está pasando hambre y miserias porque la tierra no da fruto suficiente. Se pasan miserias por estar mal repartido todo, y quienes dicen que representan a Pedro nos están tratando de engañar, y digo tratando, porque Dios siempre tiene un remanente fiel, al que nadie puede engañar, porque quien está con Cristo, nueva criatura es, y vivimos por él, y para él.

Más, el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, el os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo he dicho. San Juan 14:26. Una vez más, vuelvo a insistir en que Jesús no nos ha dejado ni a Pedro ni a ningún Papa, que por cierto proviene de un nombre pagano, sino que nos dejó el Espíritu Santo, que está morando en los corazones de todo aquel que ha puesto su fe en Jesucristo, el único Salvador del mundo. Quien adora "imágenes" ideadas por pintores y escultores, jamás puede tener comunión con Dios, y recordar que el Espíritu Santo es Dios.

Solo existen dos poderes, el del bien y el del mal. Dios y Satanás; parece duro; pero es que no existe otra cosa. Jesús ya hizo su parte. Ahora te está llamando a ti, para que hagas la tuya, que es pedirle perdón y rendirte a él y predicar su Evangelio, para que haya justicia, amor, fraternidad, humildad, y salvación, que es el mayor milagro que existe, entre todos los milagros. ¡Clamemos a Dios, para que todos los hombres le adoremos, solamente a él, en espíritu y en verdad! ¿Habla Dios a los hombres?
Dios es Espíritu y no puede ser visto por los hombre; pero Dios nos habla de muchas formas: Por toda la tierra salió su voz. Dios no puede ser conocido si no se revela a los hombres. Aceptémosle, como hizo Job 11:7
Debemos, pues, aceptar nuestras limitaciones como criaturas que somos, y pongamos el máximo empeño en escucharle a él, que es nuestro Creador.

Dios se nos revela primeramente por la naturaleza. ¿Quién la puede negar? Echemos una mirada al cielo, por las noches, y contemplaremos un poco de su gloria de aquel que lo creo. Las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente “visibles” desde la creación del mundo, por medio de las cosas echas. Romanos 1:20.

Dios nos habla por medio de un libro, La Biblia. Los escritores que la redactaron eran hombres inspirados por Dios. En la primera parte está el Antiguo Testamento y expresiones como: “Dios dijo, Dios mandó, Dios habló, se hallan unas cuatro mil veces.

El nacimiento de Jesús, se anuncia en Isaías 7:14 que dice: Por tanto el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel.

La Biblia es una Palabra con poder, cambia corazones, vidas, temperamentos, hace, en concreto, hombres nuevos, como ha hecho conmigo. Nunca una profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo. 2ª Pedro 1:21.

¿Hablamos del diablo? Sí; pero ya está vencido por Cristo.
La ignorancia sobre el conocimiento de la Palabra de Dios es tan grande, que hasta muchos dudan de la existencia del diablo, ó espíritu maligno, que vino a matar y a destruir, entre otras cosas.

La ignorancia por desconocimiento de la Palabra de Dios, es tan grande, que hasta muchos creyentes llegan a dudar de la existencia de éste espíritu maligno, que es quien anda buscando a quien devorar y tentar, pues su misión es quitarnos la fe en Jesús y destruirnos.

Este diablo, que también se llama Satanás, que significa adversario, porque lo que él busca es nuestra destrucción por todos los medios, que son muchos. Por eso se introduce en la televisión echando cartas y todo tipo de acertijos. También nos hace ver la pornografía, lascivia, homosexualidad, lesbianismo, “amor libre”, en fin, que todo vale para apartarnos de Jesús.

Es bíblico que Satanás es el príncipe de éste mundo. Él es quien está gobernando en la tierra, entretanto que vuelva Jesús; pero debemos de saber que ya fue vencido por Jesús en la Cruz, y Dios está por encima de él y ocurrirá lo que Dios quiera; pero quien no se quiera entregar a Jesús como su salvador, estará bajo las garras de semejante espíritu maligno, para todo la eternidad, si no hay antes arrepentimiento.

Los hijos de Dios, los que aceptamos a Cristo no sufriremos ningún daño por parte de Satanás; pero tentaciones las vamos a tener a diario; pero nos podemos librar de ellas. Tener presente que Jesús fue tentado varias veces y fue rechazado por el poder de la Palabra. De la misma forma, nosotros tenemos el mismo poder que Jesús, replicándole con la Palabra de Dios. Lean por favor: Juan 12:31; 14:30; 16:11 y 2ª de Corintios 4:4.

Al que oye mis palabras, y no las guarda, yo no le juzgo; porque no he venido a juzgar al mundo, sino a salvar el mundo. El que me rechaza, y no recibe mis palabras, tiene quien le juzgará en el día postrero. San Juan 12:47-48.

El Espíritu Santo, que mora en todo creyente que se haya entregado a Jesús, es quien hace cantidad de maravillas, que solo podemos creer los que las hemos recibido y las seguiremos recibiendo, si seguimos siendo fieles y servimos a quien nos dio la vida eterna.

El Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.

Éstas benditas Palabras han sido una realidad en mi vida y por eso me atrevo a testificar por escrito y en palabra, sin avergonzarme.


Jesús nos dijo: El que como mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna y yo le resucitaré en el día postrero. Estas palabras son interpretadas de varias formas; pero solo una es la verdadera.

También dijo Jesús: El que cree en mí, tiene vida eterna. Yo soy el pan de vida,
Estas palabras son el anuncio del propósito de Jesús para hacerse comprender por los oyentes judíos, para los que la salvación por la fe era algo imposible de admitir y comprender, como nos ocurre ahora, mayoritariamente; pero para comprender esas palabras de: comer mi carne y beber mi sangre hay que entender que Jesús siempre hablaba en términos espirituales. La carne para él solo era barro, carecía de valor, ¿cómo nos iba a mandar comer su carne?

El sentido espiritual es afirmado y recalcado al final de su discurso con las siguientes palabras: San Juan 6:63, que dicen: El Espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las Palabras que yo os he hablado son Espíritu y son vida. /Hablaba alegóricamente/

La Iglesia Romana enseña que en la Santa Cena se come parte del cuerpo de Cristo y se bebe su sangre. Otro error más que añadir a los muchos cometidos y esto ocurre porque no hay discernimiento de la Palabra de Dios.

Las palabras de Jesús siempre hay que entenderlas en su sentido más espiritual.

El espíritu es el que da vida; la “carne” para nada aprovecha.
Si el mismo Jesús nos está diciendo que “la carne para nada aprovecha”, ¿Cómo nos va a mandar comer su carne?

También nos mando beber su sangre, y esto es para todos, no para los curas. Bueno, pues el pueblo católico romano se queda sin la sangre porque así lo ordena la iglesia Romana; pero Jesús, según ellos, mandó a todos beber su sangre. Si hay quien lo entienda que lo expliquen al pueblo; pero no es así la interpretación. Jesús nos habla por metáforas, nos pone ejemplos que están a nuestro humilde alcance.

No podemos tomar las cosas al pie de la letra olvidando el espíritu que es, el que da vida. Jesús nos dice que Su Palabra es vida, y cuando habla de vida no habla de nuestra vida carnal, la vida de cada día. Nosotros somos espíritu y si habla de nuestra muerte es que nos dice que no iremos a su Reino, sino al reino de Satanás.

Cuando Jesús nos dice: Yo soy el camino, yo soy la puerta, yo soy agua de vida, etc. deberíamos de comprender que Jesús no es una puerta; Jesús nos está diciendo que dependemos de él para todo; pues hay que ir por su camino, entrar por su puerta y aceptar todo cuanto nos otorga. Somos, en concreto, una parte de él, ya que somos su cuerpo y él es la cabeza.

A Jesús le vamos a ver con toda su Gloria, tal como es. Ahora nos resultaría imposible resistir su presencia.

Jesús nos prometió que en el Cielo, bebería vino y comería con nosotros. Le veremos tal como es; pero al Dios Padre no le podemos ver porque es Espíritu y lo mismo ocurre con el Espíritu Santo, que mora en nosotros por ser los que le aceptamos como nuestro único Mediador y Salvador. Hay quien dice que es la Virgen María la mediadora, por creer lo que les dicen los hombres, e ignoran lo que dice la Biblia.
Hoy estamos viendo la presencia del Espíritu Santo haciendo maravillas, igual que en el día de Pentecostés. Se ríe, se llora, se grita, se danza y se cae uno al suelo, sin hacerse daño, porque la obra es de Dios.

Quien esto escribe puede testificar que la obra del Espíritu Santo es una realidad, no es un delirio, ni fantasía, ni tampoco emoción. Es la obra del Espíritu Santo que se está manifestando con Gloria y Poder entre los Hijos de Dios. Yo pasé por esa experiencia, para la Gloria de Dios, y por eso puedo detallar todo lo que se siente, que es una paz jamás conocida. Dios da hoy los mismos dones que daba Jesús y que figuran en las Escrituras.

Tengamos presente que aunque la Biblia fue un libro muy perseguido por la iglesia Romana hoy está haciendo milagros y auténticas maravillas gracias a la Palabra de Dios, que está en la Biblia.

Cecilio García Fernández
San Martín de Podes



.

LA ARROGANCIA DE UN PUEBLO

Y van pasando los años;
pero la gente no aprende
que el necio, jamás comprende
por qué goza de ésta vida,
su razón, bien resumida:
¡No sabe de quien depende!

Los pájaros van volando,
y cruzan por donde quieren;
pero nadie los detiene;
pues vuelan de rama en rama,
y el pájaro también clama,
cuando alimento no tiene.

Ellos siempre están cantando,
seguro que al Creador;
porque el pájaro es cantor
y siempre vive al acecho,
en este mundo maltrecho
donde existe poco amor.

Aún el pájaro que vuela,
carece de libertad,
pues la gran necesidad
de otro pájaro más grande,
que come, o muere de hambre,
le hace sufrir de ansiedad.

Hay águilas, que volando,
se remontan por alturas,
y ven pájaros, que a obscuras,
vuelan, más sin percibir,
que al momento han de morir,
pues son carroña segura.

Todos tenemos flaquezas
en la mente y en el alma,
por eso, yo pido calma
para tomar decisiones,
que a veces, son ilusiones
más frágiles que una palma.

El que presume de santo,
es un pecador errante,
y aunque, cante lo que cante,
jamás será buen cantor,
porque le aflige el dolor,
y de esto existe bastante.


Que nadie se llame a engaño,
ni se arrogue de grandezas;
porque todas las cabezas
no sirven para pensar;
sirven para ”dominar”
en un mundo de flaquezas.

No hablemos con arrogancia,
que el que escucha humildemente,
tiene dos dedos de frente
y siempre podrá opinar;
porque sabrá recordar
todo lo que habla la gente.

Hoy el pueblo americano
se tiene que resentir,
porque hoy, les tocó morir,
a miles de ciudadanos,
y como somos humanos
lo tenemos que decir.

"Presumimos" de grandezas
y de nación poderosa;
pero esto es muy mala cosa,
porque un maldito tornado,
muestra que estas limitado,
igual que una mariposa.

Domináis todo el mundo;
mas ¿qué hacer, con un tifón?
Sentir que la humillación
ha llamado a vuestra puerta;
y sí el orgullo despierta,
hay que pedir el perdón.

Aquí no hay pobres ni ricos,
Dios nos ha creado iguales;
por eso, los minerales
que Dios nos dejó en la tierra,
no merecen una guerra,
pues no somos animales.

Si repartimos las tierras
con la justicia de Cristo,
puede darse por bien visto,
que se repartan riquezas,
y ya no habrá mas flaquezas,
ni tampoco el fanatismo.

Cecilio García Fernández.
San Martín de Podes

LA FE Y EL AMOR

De los dones que Dios da,
el más grande es el amor,
ya que con el nos amamos,
y no puede haber rencor,
que es la causa del dolor,
que padecen los humanos.

¡Cojámonos de las manos,
y unámonos, por favor.
El amor, limpia la mente,
el alma y el corazón;
por eso te clamo a ti,
en todas mis oraciones,
donde explico mis razones,
desde que te conocí.

Ya sé que vives en mí;
pues conozco tus perdones.
¡Dios mío, cuantas maldades
guarda nuestro corazón!
Recurramos siempre a ti
por ser quien das el perdón.
¡Jamás te apartes de mí!
y dame tú salvación,
ya que al entregarme ti,
fue mi mejor decisión.

El mundo no te conoce.
¡Es un mundo de dolor!
El mundo, siempre a lo suyo,
sin otra preocupación.
¡Esta es la ley del más fuerte!
y dicen que es la mejor.
Hay que vivir, pues la muerte,
te llega como un traidor.

Nos dicen, que Dios no existe;
¿Puede haber mayor error?
Hay que aspirar a ser ricos.
¡El dinero, es mi amor!
Con el, todo me es posible;
Ser muy rico, gran honor.
Si quieres ser hombre amante,
cometiste un gran error.
¿No ves que son cuatro días,
y los cuatro con dolor?
No cometas osadías.

¡Sigue, sigue por ese camino!
¡Ya llegará la factura!
Puedes beber de ese vino;
que aunque bebas con mesura,
lo vas a pagar muy caro,
sin ir a la sepultura.
¡Muchos piensan como tú,
y presumen de cultura!

Yo a Ti, te pido Señor,
que tengas benevolencia,
que escuches nuestro clamor,
y ten con ellos con paciencia.
¡Sácales de tal error!
Necesitan Tú clemencia.
Apártalos del dolor,
y de toda indiferencia.

Tú sabes muy bien, Señor,
que fueron bien engañados
por miles de religiosos
que están por todos los lados.
¡Abre sus ojos Señor!
y también, abre sus mentes.
Me causa pena y dolor
ver perderse a tanta gente.

Cristo, ha muerto en la Cruz,
por todos los pecadores;
pero hay que creer en Él,
y pedirle mil perdones.
Él no quiere que te pierdas.
¿Por qué no entrar en razones?
Si no quieres aceptarle,
vendrán las lamentaciones.

Él te conoce muy bien.
No presumas de ser santo;
pues, la bondad de los hombres,
brilla, igual que un encanto.
Ya ves los tiempos que corren.
Todo es pura corrupción.
La ley, siempre fue del fuerte.
¿Qué importa tener razón?

¡Pide perdón a Jesús!
Luego el arrepentimiento.
Muere con Él en Su Cruz,
y puedes vivir contento.
Tendrás una vida eterna
con mucho gozo y amor.
¡Has de llama a Su puerta!
¡Que él te concede el favor!

Cecilio

JUSTIFICADOS POR LA FE

En el principio creo Dios el Cielo y la tierra. Génesis 1:1-2
La gracia de Dios se ha manifestado para salvación de todos los hombres.

En las mochilas de los estudiantes de la Suiza francesa, se halla un texto algo insólito: Se trata de la dedicatoria colocada en el encabezamiento de una serie de libros de física, elaborados con todo el rigor científico posible. Hela aquí:
A ti, que creaste todas las cosas.
A ti, que dejaste en tus obras las señales de tú sabiduría y tú poder.
A ti, que le diste a los hombres una inteligencia y les permitiste descubrir algunos de los secretos de tú creación.
A ti, que te revelaste y hablaste por tú Hijo hecho Hombre, hablaste y hablan aún en la Biblia, libro vivo.
A ti, que ofreces aún a los hombres tu Gracia y tu Salvación, a pesar de la indiferencia y el desprecio del mundo, pese al homicidio de tu Hijo.
A ti, oh Dios, sea honra y agradecimiento.

¿Qué hace éste texto en un libro científico? - se pregunta en un primer momento el lector sorprendido.

En una época en que los niveles elementales de muchos docentes se esfuerza por inculcar a sus alumnos que la noción de un Dios creador está caducada, nos regocijamos por éste testimonio. Su autor quiso manifestar que en éste Creador halló un Dios de Amor, a un Dios Salvador, a un Dios que habla y a quien se debe de escuchar.

Ante éstas palabras, escritas sobre las mochilas de dichos estudiantes, más las que figuran en las Escrituras, donde hallamos la grandeza de nuestro Dios, su poder, su misericordia y el amor de nuestro Señor Jesucristo dando su vida por todos, yo no puedo comprender, ni admitir, que los Hijos de Dios, que somos los entregados a Cristo, tengamos que sufrir el desprecio de personas que, por falta de conocimiento, ó por haber caído en las redes del maligno te desprecian, se burlan de palabra de Dios, hacen gestos y aptitudes poco respetuosamente, con las personas que solamente tratamos de ensalzar el nombre de Cristo.

Jesús, por medio de su Palabra, ya nos advirtió de lo que nos esperaba, por parte de aquellos que no le quieren admitir como el ÚNICO Salvador. A pesar de los desprecios y malas palabras que tenemos que recibir de éstas personas, tenemos el deber y la obligación de hacer lo que Jesús nos mandó a todos sus seguidores: Id por todo el mundo y `predicar el Evangelio.

Si el Evangelio nos mandara adorar imágenes, las adoraríamos. El Señor ya hizo su obra; así pues, leamos su Palabra y comenzaremos a conocer a Dios por medio de su obra. Buscar la Verdad y ella os hará libres Son cientos los versículos que advierten lo que significa adoración de imágenes, llamada “idolatría”. Ya hay bastante idolatría con los vicios y perversiones que existen y que son la esclavitud del hombre. Cuando Dios habla de libertarnos de toda esclavitud, se está refiriendo a todo tipo de cadenas que nos atan y nos prohiben ir a Cristo, el libertador del hombre.

Efesios 1:20 dice: edificados sobre el fundamento de los Apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo.
San Lucas 1:46, 47 y 48: Entonces María dijo: Engrandece mi alma al Señor, y mi espíritu se regocija en Dios, mi Salvador, porque a mirado la bajeza de su sierva; pues aquí, desde ahora me dirán Bienaventurada todas las naciones.

Eso es lo que le corresponde a María, ni más, ni menos; pero que hombres pecadores se interpongan para anular las palabras de Dios y pretendan imponer las suyas propias, es una aberración.

Sí María llama a su Hijo, su Salvador, cuando todavía lo tiene en su vientre, ¿Cómo se atreven hombres pecadores (lo somos “todos”) a glorificarla y adorarla más que al mismo Hijo? ¡La necedad del hombre es la causa del comportamiento humano!
San Lucas 6:46. ¿Por qué me llamáis Señor y no hacéis lo que yo digo?

Como vemos, Jesús insiste y no se cansa de repetir, que andemos en obediencia y que no hay más Dios y Salvador que él.

Cecilio García Fernández.
San Martín de Podes
.

jueves, 14 de octubre de 2010

JUSTICIA ¡Vaya justicia!

Sé que escribo versos “duros”,
Que a todos, no satisfacen;
Pero todo aquel que la hace,
También la debe pagar,
Pues es muy fácil callar,
Lo que no nos satisface.

Vivimos, como podemos
En éste mundo embustero;
Donde siempre es lo primero,
Tener el “pienso” abundante,
Porque la lucha es constante,
Para llenar el puchero.

Envidio a los animales,
En cuanto amor y justicia;
Pues no tienen avaricia,
Solo luchan por vivir.
Nosotros por conseguir,
Una renta vitalicia.

Los animales trabajan
Para poder subsistir;
Nosotros, todo es mentir.
¡Que trabajen los esclavos,
Que para eso están dotados,
Para luchar y sufrir!

Dios nos dotó de talento,
Para repartir los bienes;
Más no sabes lo que tienes,
Porque existen los tiranos,
Que te roban con sus manos,
Nada más que te entretienes.

El pobre, en su orfandad,
De la riqueza es deshecho,
Porque vive muy estrecho
Y no sabe que le pasa;
Pero el debe tener casa,
Iglesia, escuela y derechos.

Sé que Dios hará justicia,
Y no quedará un humano
Que haya sido infiel tirano,
Sin la justicia de Cristo;
Que te llevará al abismo,
Y allí, serás un gusano.

El león, vive en la selva,
Y la ballena en el mar,
Lo mismo que un calamar,
Y el águila, tiene un nido;
Y el pobre, no tiene abrigo.
¿A quien puede reclamar?

Yo como tengo mi fe,
Espero que la justicia
Rompa con esa avaricia
Que tiene el explotador,
Que es causante del dolor,
Por causa de su inmundicia.

¿Por qué defiendo a los pobres,
Si es luchar contra corriente?
Eso me dice la gente
Que tiene un buen corazón.
Yo lucho, por la razón,
Pues Cristo es omnipotente.

Existe un libro muy sabio
Que leía Jesucristo;
Pero sé que está mal visto,
Porque nos dan mucha “caña”;
Pero a mí, ya no me extrañan;
Y siempre creo lo mismo.

Las palabras son tan sabias,
Y tan llenas de verdad,
Que descubren mi maldad
Y debo pedir perdón;
Pues no existe otra razón,
Que vivir con humildad.

Yo solo sé denunciar
Injusticias inhumanas;
Pero, o pierdes, o ganas,
Ya que corremos peligro,
De quedarnos sin abrigo,
Por las buenas o las bravas.

Todos esos traficantes
Usureros y ladrones,
Nos parten los corazones,
Al ver niños inocentes,
Maltratados por las gentes,
Por causa de esos bribones.

Nadie se sienta ofendido
Por decir estas verdades;
Pues hay muchas vanidades
Que atropellan las razones,
Destruyendo corazones,
Y dando calamidades.

Saber todos los ingratos,
Que la vida se termina,
Pero hay una luz Divina,
Para aquel que se arrepiente;
Pero observa bien tu mente,
Porque ella, lo determina.

Cecilio García Fernández.
San Martín de Podes
.