En todas las profesiones hay hombres sobresalientes;
aunque somos algo “incautos”, como los adolescentes;
más, debemos de luchar, con ardor y valentía,
y llegará la victoria, si la tienes merecida.
Fallos, todos los tenemos; pero no tiene importancia;
mas hay que ser responsables, y salir de la ignorancia.
Trabajemos con amor, sin olvidar la constancia.
Debemos de ser humildes, y no tener arrogancia.
Voy a contar una historia, que aprendí de muy pequeño
y jamás la olvidaré; pues la tomé con empeño.
Un Doctor muy “afamado”, que jamás cazado había,
salió una vez invitado, a una alegre cacería.
Con cara muy lastimera, confesó el hombre ser lego:
¡Diciendo, es la vez primera, que cojo un arma de fuego!
Como mi pericia es escasa, me vais a tener en vilo,
y dijo el dueño del coto: Doctor: ¡Esté Vd. tranquilo!
Guillermo el Guarda, estará, colocado junto a Vd.
Él sabrá bien indicarle: Así lo haré -dijo el guarda-
No meterá Vd. la pata, ya verá Sr. Doctor, los conejos que Vd. mata.
¡Qué una liebre se presenta! Yo le grito: ¡Ahí va un gazapo!
Y usted tira y le revienta! Bueno, bueno, siendo así….,
nada tengo que temer. ¡Quietecito junto a mí, que yo ya le avisaré!
Se colocó tembloroso, el buen Doctor, a la espera,
cuando un precioso conejo, salió de su madriguera:
¡Ahí va un conejo, le grita! ¡Dispare pronto, ó se esconde!
y el buen Doctor hizo, ¡puní.. Disparó, ¡Dios sabe donde!
Y claro, como falló cien metros la puntería,
el conejo se marchó, con más vida que tenía.
Gastó en salvas -sin piedad- lo menos, cien tiros, cien,
sin que por casualidad acertara ni una vez.
Guillermo que no era un “zote”, sino un guarda muy astuto,
dijo para su “capote” ¡Éste Doctor es un bruto!
Le pondría como a un trapo; más ya sé lo que he de hacer,
y viendo un gazapo, ¡corriendo a todo correr!
¡Doctor! ¡Exclamó Guillermo, con rabia mal reprimida!
¡Ahí va un enfermo! ¡Un enfermo! Y “Pún”. ¡Lo mató enseguida!
Doctor: Si te sientes ofendido, con ésta “chispa" de humor,
quiero decir al amigo: ¡Perdóname por favor!
Yo siempre admiro al Doctor, que lucha con entereza,
que entrega su corazón, con amor y con destreza,
y sufre, con los que sufren, de los pies a la cabeza.
Que Dios bendiga las manos de tanto Doctor experto,
que trabajan noche y día para evitar sufrimientos.
Os estoy agradecido y tengo mucha experiencia.
¡Ánimo Doctor querido, y que Dios os dé sapiencia!
Cecilio García Fernández
Los doctores, como todo ser humano, suele tener bastantes fallos. A mí, me toco, como a muchos, sufrir los errores de varios doctores que no "supieron" encontrar un cáncer de vesícula, muy avanzado, y lo que más me duele es que jamás reconocen sus fallos y errores. La gran mayoría son capaces de dejar morirse un paciente ante de decir: Vaya usted a otro doctor, porque ella esta mal, o sufre mucho por alguna causa que no no hallo. También hay una gran mayoría muy amantes del euro, de la consulta particular. -Venga por aquí dentro de 15 días para ver como va. Y las consultas siguen dando buenos dividendos. Cecilio García Fernández
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