JESÚS EL MARTIRIZADO

De una Cruz está colgando
Cristo Jesús Salvador,
lo digo con gran dolor
porque me llega hasta el alma,
y uno hasta pierde la calma
por ver tanto odio y rencor.

Todo cubierto de llagas,
la sangre por él corría,
pues fue la gran villanía
que hicieron al inocente,
por hablar bien solamente,
y luego los bendecía.

¡Perdónalos Padre Santo,
no saben que están haciendo!
mas él, siguió padeciendo
en manos de los tiranos.
Religiosos y paganos.
gozan por lo que están viendo.

Por su corona de espinas
brotaba sangre abundante,
no le dieron ni un calmante;
le tratan como a un ladrón,
se encoge hasta el corazón
hasta de un ser arrogante.

Le insultan con mucha saña
y hasta con cierta arrogancia,
también con la petulancia
de todos los religiosos,
que odian, por envidiosos,
y otros, por pura ignorancia.

Tres años haciendo el bien
y tres años padeciendo.
Los milagros que iba haciendo
no quieren reconocer;
lo han llamado, Lucifer,
por todo lo que van viendo.

Hoy, si volviese a nacer,
lo volvían a matar.
Volvería a resucitar,
por que él, es el Dios Eterno,
y bajó, hasta el Infierno
solo para perdonar.

Le han clavado en una cruz
como si fuese un ladrón.
Ahora concede el perdón
a todos los pecadores,
¿Qué es la vida? ¡Sinsabores!
¡Y Él nos da la salvación!

Murió, entre dos ladrones,
y el pueblo fue traicionero,
y en la cruz, fue muy sincero,
al perdonar a un ladrón,
Nuestro Dios de la razón;
¡Clavado sobre un madero!

No lo cambiar por estampas
ni por tallas de madera.
No cometer tal quimera,
Él es nuestro Salvador,
rindámosle tal honor
que Jesús, no es un cualquiera.

El que se inclina ante un hombre,
que es pecador permanente,
no está ofendiendo a la gente,
está despreciando a Cristo,
¿Su destino? ¡el abismo!
¡No vivas como la “gente”.

Dios nos tiene en este mundo
para adorarle con fe;
Pero por lo que se ve,
hemos confundido el rumbo,
y vamos, de tumbo en tumbo,
porque el ciego jamás ve.

Dios no nos trajo a sufrir
ni a robar a nuestro hermano,
ni a ser un mal ciudadano.
Él nos trajo al Paraíso;
pero nos dio un buen aviso;
mi querido ciudadano.

Para tener salvación,
Perdón, y arrepentimiento,
-créeme, que no te miento-
Cristo bien claro lo dijo:
Serás de Dios, un buen hijo,
por mi Cruz, y el sufrimiento.

Salinas 12 Noviembre 2006
Cecilio García Fernández
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