miércoles, 6 de octubre de 2010

ILUSIONES

Hoy quizás pueda vivir
-si el Señor me lo permite-
pero, ¿qué será mañana?
La vida es como un “quite”

No hacemos más que nacer,
y los días ya contados;
¿Y qué podemos hacer?
Vivir siempre resignados.

Luchamos, que es resistir,
dentro de la gran manada;
nuestra vida es un sufrir,
que no nos conduce a nada.

Hacemos planes muy buenos,
siempre de cara al futuro;
pero somos como truenos,
y además, inoportunos.

No queremos razonar,
ni nos gustan las razones.
Vivimos, como una flor;
mas todo son ilusiones.

La flor es bella, es preciosa,
es aroma, es fragancia;
pero pronto se marchita.
¡Dura más nuestra arrogancia!

Las flores, dan buen olor;
aunque pronto se disipan;
ellas, no hacen daño a nadie.
Son unas plantas benditas.

Nosotros no somos flores;
carecemos de fragancia,
y sufrimos los rencores
que están dentro de las almas.

Vivimos muy poco tiempo,
sin apartarnos del mal.
Somos lo mismo que el viento
al formarse un temporal.

No pensamos en la muerte,
ni el más fiel compañero.
Todo es pura vanidad,
porque amamos el dinero.

Es mala nuestra justicia,
siempre ganas si hay riquezas,
y atropellan las razones,
por causa de éstas flaquezas.

Tenemos que ser humildes
y practicar el amor.
Perdona, cuando te ofenden,
y jamás tengas rencor.

¡Hay, si existiera el amor!
¡Cómo cambiaría el mundo!
Lo que existe es el dolor,
persistente y muy profundo.

El amor, es lo más grande.
El amor, es don divino,
El amor puro, se expande,
y alegra mas que un buen vino.

Si el ser humano se amara,
no habría ni enfermedades.
Si el ser humano se amara,
se terminan las maldades.

Todo lo malo que ocurre,
es por la falta de fe.
Muchos dicen: ¡Dios no existe!
pero existe; pues se ve.

Yo le veo en todas partes,
y en todas las ocasiones;
más, no cuento fantasías,
pues me sobran mil razones.

No pretendas, con tu alarde,
seguir con tus fantasías,
que son cortinas de humo,
que solo engañan un día.

Lee bien las escrituras,
que son palabras divinas.
¿Las religiones? ¡Negocios!
Hasta un necio lo adivina.

Jesús, es nuestra Verdad.
Es nuestro fiel Salvador.
¡No conoció la maldad!
¡Murió dándonos AMOR!

Cecilio García Fernández
12-11-99

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