Eclesiastés: 1- Palabras del Predicador, hijo de David, rey en Jerusalén.
2- Vanidad de vanidades, dijo el Predicador; vanidad de vanidades, todo es vanidad. 3 ¿Qué provecho tiene el hombre de todo su trabajo con que se afana debajo del Sol? 4 Generación va, y generación viene; más la tierra siempre permanece. 8 Todas las cosas son fatigosas, mas de lo que el hombre puede expresar; nunca se sacia el ojo de ver, ni el oído de oír. 9 ¿Qué es lo que fue? ¿Qué es lo que ha sido hecho? Lo mismo que se hará; y nada hay nuevo debajo del sol. 14 Miré todas las obras que se hacen debajo del sol; y he aquí, todo ello es vanidad y aflicción de espíritu. 15 Lo torcido no se puede enderezar y lo incompleto no se puede contar.
Nos formamos ideales,
y un futuro halagador;
pero son cosas banales,
y luego llega el dolor.
Nos arrastran las pasiones,
de un modo desolador;
más cuando llega el momento,
todo amargura y dolor.
Nos proponemos mil metas;
pero falta el fundamento;
y somos como veletas
que cambiamos con el viento.
Nos embriagan con la Tele,
y perdemos la “visión”,
confundiendo, piel de zorro,
con otro que es de bisón.
Nos dicen: ¡Todo va bien!
¡Ya existen menos parados!
pero al llegar la verdad,
quedamos petrificados.
Nos atropellan los “fachas”,
que están de moda en Europa,
y echamos mil “bendiciones”;
y hasta espuma por la boca.
Nos pintan lo negro blanco;
mas la verdad, tiene brillo;
y yo me pongo a temblar,
como un pobre monaguillo.
Nos faltan los ideales,
con futuro halagador,
con mil lazos fraternales,
que nos da el Gran Redentor.
Hoy el nombre de mi Cristo,
nadie quiere pronunciar;
hoy se cotizan los “santos”
que posan sobre un altar.
Ha de llegar el momento,
que en la tierra y en el mar,
y hasta en todo el firmamento,
el hombre querrá la paz.
Ya llegan voces al Cielo,
pidiendo Amor y justicia,
para cambiar éste mundo,
podrido por la inmundicia.
Ya llegan voces al Cielo,
que claman con gran dolor,
para proteger los niños,
de esa pedofilia atroz.
Cantar, niños inocentes,
Cantar, con vuestras gargantas,
cantar, hasta enmudecer;
pero no caer en trampas.
Saber que Cristo os quiere,
con un amor fraternal.
¡Hay de aquel que viola a un niño!
¡Hay de aquel que hace tal mal!
Alzar las voces al Cielo,
dando siempre Gloria a Dios;
y pedir por éste mundo,
que ya se ha partido en dos.
Una parte es de los hombres,
llamados capitalistas;
la otra, es de los pobres,
que son los mas pacifistas.
Cecilio García Fernández.
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Cantar niños explotados,
ResponderEliminaren las guerras y en los campos,
cantar y que no haya llantos,
cantar al Dios verdadero,
cantar todos a Jesús,
el que murió en el madero;
pero no cantar jamás,
por el mandato del Clero;
pues ellos buscan monsergas,
el poder con el dinero.
Y la historia se repite,
se atropella la razón,
abusando de la infancia,
por tener mal corazón.
Cantar niños de mi alma,
cantar con mucha ilusión,
y ayudar siempre al más débil,
aunque no tenga razón,
por que Jesús ama mucho,
vustra débil condición,
porque hombres "que son piadosos"
os parten el corazón;
pero Cristo os defiende,
y Cristo, es la Razón.
Comentar los atropellos,
no guardarlos en zurrón,
porque os van destruyendo,
y partiendo el corazón.
Vivir con mucha esperanza,
vivir con mucha ilusión,
porque la infancia es muy corta,
os lo dice un grandullón,
que ama mucho los niños,
y os defiende con razón,
y pido justicia al Claro,
si es tienen corazón,
porque quien viola una niña
no tiene ni corazón.