domingo, 5 de septiembre de 2010

¿ES DEPORTE EL AJEDREZ?

Juego al ajedrez, a diario,
para renovar mi mente,
para distraerme un poco
y hablar algo con la gente.

Me dicen que hago deporte,
por jugar al ajedrez;
Pero solo es un soporte,
que a mí me viene muy bien.

No discuto con los sabios,
en temas del gran saber;
Pues si es cierto que es deporte,
mucho tengo que aprender.

Tanto, si es juego o deporte,
debemos reconocer,
que hay que tener cualidades,
si es que no quieres perder.

Hay un Rey, que tiene Dama,
dos torres, que en su mover,
se deslizan por los cuadros,
adelante, y al revés.

También existen caballos
que saltan de formas raras,
para poderlo explicar,
aquel que no sabe nada.

Hay dos alfiles que corren,
siempre por la diagonal,
uno va por carril negro,
y otro, por el blanco va.

Ocho peones pequeños,
son como la infantería,
que uno solo, vale poco,
mas juntos,la artillería.

Por esos cuadros pintados,
sobre un tablero bien hecho,
vamos moviendo las fichas
y a veces quedas maltrecho.

Un laberinto de piezas.
Movimientos diferentes,
y algún salto de caballo,
que sorprende a mucha gente.

La dama, con gran poder,
se mueve con libertad,
más no puede dar el salto
que un buen caballo nos da.
La dama, es la más fuerte.
Se mueve con libertad,
y va en todas direcciones,
como no van las demás.

El rey, es el gran señor,
que al hacer un movimiento,
solo recorre, un cuadro;
y que se de por contento.

La meta de esta gran lucha,
es la de dar muerte al rey,
porque que así lo exige el juego,
y este es deporte de ley.

El tiempo pasa “volando”
cuando juego al ajedrez,
porque es una lucha fuerte,
y hay que tener buen perder.

Es como una guerra “Santa”,
y el ducho, debe saber,
que para mover la ficha
hay que pensar, o perder.

Si no muere el enemigo,(rey)
té quedas mudo, no hablas.
Ni ganas, ni has perdido,
por haber quedado en tablas.

No hay otro juego en el mundo
tan complicado y precioso,
tan perfecto y tan difícil.
Te lo dice un “vanidoso”.

Es un juego de estrategia,
de estilo muy militar;
pero aunque se mate al rey,
nadie le verá sangrar.

Tampoco existe venganza,
ni se admiten los traidores,
ni se hace sufrir a nadie,
porque no existen dolores.

Es deporte de nobleza,
de mentes que están despiertas,
de nobles que lo dan todo,
y jamás cierran sus puertas.

Aquí no hay cartas marcadas.
Tampoco existe la suerte,
y aunque comas muchas piezas,
al rey, ¡hay que darle muerte!

Cecilio García Fernández

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