Conozco muchas familias
que son “felices”, por fuera;
pero es que no es verdadera,
la mentira que han contado;
porque me han manipulado,
lo mismo que una quimera.
Pero las falsas mentiras
tienen poca duración,
por carecer de razón,
y se descubren muy pronto,
por ser duras como un tronco,
fruto de la sin razón.
Las familias de la tierra
todas sufrimos las penas,
que son igual que condenas
que perturban nuestras mentes,
si no somos consecuentes,
para sufrir nuestras penas.
Todos estamos enfermos,
de mente ó de corazón,
pues nadie tiene razón,
en cuanto a sabiduría;
que es lo que Dios nos daría,
si entráramos en razón.
Por nuestro poco saber,
más la forma de vivir,
no podemos resistir
la presión de la razón,
que presiona el corazón,
y éste vivir, es morir.
No sabemos perdonar
y la avaricia nos come,
porque el mundo lo dispone
por no vivir rectamente,
igual que el Omnipotente
que es quien todo lo dispone.
Existen miles de males
como es la envidia maldita,
que a tantos desacredita
y causa la enfermedad,
por causa de la maldad
que en éste escrito se cita.
La enfermedad de los cuerpos
llega por causa del alma,
porque perdemos la calma,
por cosas muy peregrinas,
que causan miles de ruinas,
en el cuerpo y en las alma.
Nadie domina la mente,
en cuanto a los pensamientos,
porque soplan malos vientos,
que son muy desconocidos,
y los hay muy reprimidos,
que dañan nuestros cimientos.
Nuestra mente está grabando,
más, si sigues en tus trece,
tu corazón desfallece,
por no escuchar al Maestro,
cuando dice: El Cielo es nuestro,
pero nadie le obedece.
En la Biblia, está escrito,
el pensamiento Divino,
que nos manda hilar muy fino,
siempre andando en obediencia,
practicando la paciencia,
y nunca abusar del vino.
Su Palabra nos corrige
en todos nuestros caminos;
que nos llevan a destinos
que están entre el bien ó el mal,
y éste es el mejor caudal
en la vida que vivimos.
Todos nos sentimos libres;
pero estamos prisioneros,
por tiranos y altaneros,
también por falta de amor
y esto sí que es un dolor,
mis queridos compañeros.
Ya no sirve el Catecismo
por ser bastante infantil,
que trae un mal porvenir,
porque todo es un engaño,
y es mala tela, o apaño,
muy fácil de rebatir.
Yo conozco la Palabra,
y me ha abierto bien los ojos,
para ver muchos despojos
que los hombres nos ofrecen,
porque a Cristo no obedecen,
y andan igual que los cojos.
Cristo jamás politiza,
ni se alió con partidos,
que están muy comprometidos,
con el fuerte capital,
que es el gran eje del mal,
que ultraja a los oprimidos.
Cecilio García Fernández
San Martín de Podes
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