miércoles, 4 de agosto de 2010

CONCIENCIAS

Sin amor y sin dinero,
¿Cómo se puede vivir?
Muy difícil compañero;
Pero habrá que resistir.
La vida, es cruel y dura,
si carecemos de amor;
Más si nos falta el dinero,
es un cáncer con dolor.
Cuando yo estoy escribiendo,
siempre saco mis dolores,
porque los llevo conmigo;
causándome sinsabores.
Yo soy bastante egoísta,
y no pienso en los demás,
como los niños que sufren,
en la más pura crueldad.
Los dolores que padezco
los tengo que soportar,
solo pensando en los niños,
que sufren esa impiedad.
No hay piedad entre los hombres,
ni hay justicia, ni hay amor,
Pero abunda la avaricia
el orgullo y el rencor.
Dios nos regaló una tierra
con productos abundantes,
para que comamos todos
y que nadie muera de hambre.
¡Cuanto tienes que sufrir;
pues la vida es un lamento
que tienes que resistir
cuando estás triste ó contento!
Aunque es cierto que yo sufro,
Dios me ha dado la paciencia,
ya que siempre está conmigo,
cuando yo ando en obediencia.
¿Y por qué sufrimos tanto?
Preguntan los ignorantes:
Unos dicen que no saben,
y otros porque no hay calmantes.
Nadie piensa en el pecado,
tomándolo a “chirigota”,
y te toman por chiflado,
ó que la ignorancia es loca.
Que a mí el Señor me perdone,
cuando me quejo en exceso;
Ya que yo tengo comida,
en abundancia, en exceso,
y otros sangran por su herida,
y yo jamás sufrí eso.


Debemos llorar la muerte
de esos pobres infelices,
que tienen tan mala suerte,
que ya no tienen, ni bíceps.
La ambición es la causante
de esas muertes tan horrendas.
El egoísmo es tan grande,
tan perverso y tan dañino,
que ya no importa quien mande,
al no ser Cristo el Divino.
Pero los hombres se empeñan,
en sacar en procesiones,
santos que son de madera,
y así viven de ilusiones.
Estos crímenes tan grandes,
según expresó el Señor,
entristecen al Dios Santo,
el que nos da tanto Amor.
Vamos a las religiones,
que son puro fanatismo,
y explotan al ignorante,
lo mismo que el comunismo.
De Jesús, nadie se acuerda.
Menos, de pedir perdón.
Tragaste todo el anzuelo,
¡y adiós a la Salvación!
Hay un Padre, hay un Hijo,
y hay un Espíritu Santo.
Lo demás, son ilusiones,
que siempre desprecie tanto.
El pez, muere por la boca;
porque se tragó el anzuelo.
Eso es lo que a ti te toca,
mi querido compañero.
Busca por Dios la Verdad,
en el Cristo del madero,
el único intermediario,
que no ambicionó el dinero.
El ha muerto en una cruz,
sin hacer una protesta,
y tú, huyes de la Luz.
Yo llevo la Cruz a cuestas.
El que me quiera seguir,
-sigue diciendo el Maestro-
que renuncie a los placeres,
porque éste mundo, no es nuestro.
Sigue los pasos de Cristo.
Sigue siempre Su camino.
Sigue siempre Su verdad,
Sigue siempre Su destino.

Cecilio García Fernández.
San Martín de Podes

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