sábado, 21 de agosto de 2010

DONES DE DIOS

De los dones que Dios da,
el más grande es el amor.
¿O es que acaso no se ve?
¡Con este don no hay dolor!!
Quien carece de estos dones,
jamás conoció al Señor.
Al Señor de los perdones,
el que destruye el rencor.

Nos quita todo lo malo.
Nos quita, hasta el dolor.
Nos quita, hasta la envidia,
prima hermana del rencor.
La envidia nos envenena.
La envidia causa dolor
y circula por la mente,
y por nuestro corazón.

Dios mío, cuantas maldades
guarda nuestro corazón.
Por eso yo clamo a Ti
y me sobra la razón.
¡Jamás té apartes de mí!
y dame Tú salvación,
pues yo, ya me entregué a Ti,
porque me diste el perdón.

El mundo no te conoce,
es un mundo de dolor.
El mundo, siempre a lo suyo,
sin otra preocupación.
¡Esta es la ley del más fuerte!
y dicen que es la mejor.
Hay que vivir, pues la muerte,
te llega como un traidor.

Nos dicen que Dios existe;
pero, ¿ no será un error?
Hay que aspirar a ser ricos.
Ser ricos, es lo mejor.
Yo quiero ser dominante;
pero; ¡ con todo el honor.!
Si quieres ser buen amante,
No cometas ni un error.

¿No ves que son cuatro días,
y los cuatro con dolor?
No cometas osadías,
ablanda tu corazón.
Tú lucha con valentía,
como los hombres de honor.
Lucharé. ¡La vida es mía!
¡Yo no necesito amor!
Sigue, sigue por ese camino,
¡Ya llegará la factura!
Puedes beber de ese vino;
que aunque bebas con mesura,
lo vas a pagar muy caro,
sin ir a la sepultura.
¡Muchos piensan como tú,
y presumen de cultura!

Yo a Ti te pido Señor
que tengas benevolencia,
que escuches nuestro clamor,
que lo escuchen con paciencia.
¡Sácalos de ese error!
Necesitan Tu clemencia.
Apártalos del dolor,
y de toda indiferencia.

TÚ sabes muy bien Señor,
que fueron bien engañados,
por miles de religiones,
que están por todos los lados.
¡Abre sus ojos Dios mío!
y también ¡abre sus mentes!
Me causa pena y dolor
ver perderse a tanta gente.

Cristo murió en la Cruz
por todos los pecadores;
pero hay que creer en Él,
y pedirle mil perdones.
Él no quiere que te pierdas.
¿Por qué no entras en razones?
Si no quieres aceptarlo....,
vendrán las desilusiones.

Él te conoce muy bien.
No presumas de ser santo;
pues la bondad de los hombres
brilla, igual que un encanto.
Ya ves los tiempos que corren.
Y todo esto es corrupción.
La ley siempre fue del fuerte.
¿Qué importa tener razón?

¡Pide perdón a Jesús!
Y luego, arrepentimiento.
Muere con Él en Su Cruz,
y puedes partir contento.
Tendrás una vida eterna,
con mucho gozo y amor.
¡Por favor, llama a Su puerta!
que él te quitará el dolor.

Cecilio García

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