DIVINO - AMOR

La hermosura, es finita,
tiene su limitación;
puede engañar a los hombres
por exceso de ilusión.
Otra cosa es lo divino,
que hay dentro del corazón.
Yo sin ser un adivino,
sé donde está la razón.

Todo lo que es muy bonito,
¿Adónde puede llegar?
Es igual que el apetito,
que se llega a terminar.
Lo divino es otra cosa,
que entra por lo espiritual.
El espíritu es divino.
Es distinto, no es igual.

Un corazón generoso,
hasta lucha por amar.
Esto, es lo más hermoso
que el hombre puede donar.
El que de amor adolece,
jamás goza de la vida.
Él tiene lo que merece,
como quiera que se mida

El amor, cuando es muy puro,
ya raya con lo divino,
pues es obra del Señor,
aquel que a salvarnos vino.
El amor, es perfección,
pues carece de defectos,
es, como la salvación,
y con los mismos efectos.

Para poseer amor,
tienes que ser buen cristiano.
No vale sentir dolor
por el vecino cercano.
El amor, es muy complejo.
Es difícil de explicar.
Pero quien lo dona es Dios.
¡No lo debes de olvidar!

Todo el mundo tiene amor,
incluso, hasta la ETA;
Con envidia y con rencor,
con odio y con “metralleta”.
Pensar que los criminales,
tienen esposas e hijos;
más, no son cosas iguales,
esto el Señor nos lo dijo.

El amor, cuando es sincero,
entra en nuestro corazón,
y está, en lo más profundo,
y siempre tiene razón.
El amor, siempre es sufrido,
no reniega del dolor;
es constante y afligido.
¡No hay nada como el AMOR!

Allí, don existe amor,
no se rompen matrimonios,
no se abandonan ancianos,
que eso es cosa de demonios.
Cristo demostró Su Amor,
dando Su vida por mí.
Perdonó, con gran dolor,
los desprecios que Le di.

¡Porqué no piensas un poco!
¡Solo hay, un Salvador!
¿Por qué estás equivocado?
¡Me da pena y gran dolor!
Pones tu fe en la imagen,
de un ser, muy desconocido.
Es, como coser un traje,
sin agujas y sin hilo.

Lee la Biblia por Dios,
que es la Palabra Divina,
y deja los comerciantes,
que te llevan a la ruina.
Ellos viven con holgura,
en palacios ostentosos,
con negocios florecientes.
Así, viven muy gozosos.

Cecilio García Fernández.
Salinas