viernes, 6 de agosto de 2010

YA NO HAY QUE TEMER

Sé que pertenezco a Dios,
y soy para Ti, legado;
Pero es muy grande el agrado,
de saber que tú perdón,
liberó mi corazón,
por todo lo que he pecado.

Te pido perdón, Señor,
que tantos bienes me has hecho;
y aunque el camino es estrecho
voy a seguirte fielmente;
¿Qué me importa a mí la gente,
la que siempre está al acecho?

Creador del universo,
creador de lo que existe,
creador, ¡Cuánto sufriste
por darme la salvación!
¡Cuántos no ven tu razón
y en la necedad persisten!

Por el día nos das luz
y por la noche descanso,
y al seguirte hay un remanso,
pues la paz es un reposo,
y no hay nada tan hermoso;
Por repetirlo, no canso.

El Creador de la Luz
supo darle fuerza al viento,
también nos da avivamiento,
con relación a la fe;
y aun que el viento no se ve,
yo sé que está en movimiento.

Les dio plumas a las aves
para que las lleve el viento,
les dio mucho que no entiendo;
Porque es mucho lo que ignoro;
Pero le dio, habla al loro,
y al cristiano entendimiento.

¿Y cuántas fieras creó,
sin contar algún humano?
¿Quién tiene limpia su mano
si no ha pedido el perdón?
Aunque es necio el corazón,
Él siempre nos da Su mano.
Nos dio tantos bienes juntos,
y tan juntos nos los dio,
que hasta quiero creer yo,
que el hombre los precisaba,
pues de esta forma igualaba
las penas que el Diablo dio.

Yo sé que aquí, en esta tierra
hay mucho falso cristiano;
y aunque digan: soy tu hermano,
mira a quien das tu confianza,
y no pongas tú esperanza
en “citano”, o en “mangano”

Con Jesús, ya no hay cruzadas,
y si las hay, no me aterran,
yo estoy muy firme en su tierra,
y esto no es un desatino,
yo conozco mi destino,
y un buen cristiano no yerra.

Yo sé, que me voy salvar,
Su Palabra me responde,
y sé, que el Sol no se esconde,
por vueltas que de la tierra,
¡Qué me importa a mi la guerra
si Jesús siempre responde!

He nacido en San Martín,
moriré, donde Dios quiera,
puede ser en La Reguera,
puede ser en cualquier parte;
Pero que nadie me aparte
de Palabra Verdadera.

Hoy se regalan Palabras
que jamás van a pasar,
no te dejes “embaucar”
que el tiempo pasa “volando”,
nadie sabe para cuando,
tendremos que regresar.

En este punto importante
nadie debe resbalar,
calla, cuando hay que callar,
y habla poco, y resumido,
que el pájaro, en su nido,
se tiene que acurrucar.

Cecilio García Fernández

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