viernes, 27 de agosto de 2010

EL DOLOR

El dolor es el causante
de las mayores desdichas;
Pero es que existe un donante.
-Las cosas deben ser dichas-
El donante es Satanás,
enemigo del cristiano;
Mas, si confías en Cristo,
considérate mi hermano.
El dolor, hay que sufrirlo
con todas las consecuencias;
Además, hay que asumirlo,
aunque no tengas creencias.
Si crees, hay que sufrir,
y si no crees, también.
Luchemos por sonreír,
que nos hará mucho bien.
El dolor, es amargura,
es puro quebrantamiento.
El dolor, nos asegura,
que el vivir, es un tormento.
Vivimos de muchas formas,
pero; ¿Quién vive contento?
¡Cuánto sufre el corazón.
Siempre estamos con lamentos.
Cuando sufres con la mente,
nadie puede estar contento.
El sufrimiento es atroz,
en niveles elevados;
Pero hay algún sufrimiento
que puede ser bien llevado.
Sufres; pues naces sufriendo.
Sufres por seres queridos.
Sufres, cuando estás muriendo.
Sufres, cuando te desprecian.
Sufres, cuando no te aprecian.
Sufres, cuando hay avaricia.
Sufrimos, por la codicia,
Sufrimos, por los rencores;
Sufrimos, por los amores,
Sufres, cuando hay ambiciones,
Sufres, por muchas razones,
que no hace falta expresar;
pues sufres, por contemplar
como mueren los hambrientos,
los que están abandonados,
después de ser explotados,
porque corren malos tiempos.
Sufres, si tienes envidia,
Pues la envidia es un tormento.
Sufres, si trabajas mucho.
¿Cómo vas a estar contento?
Sufres, cuando te desprecian,
Porque te cala muy dentro.
Sufres, cuando ves un niño
que de hambre se está muriendo.
Si hablamos de los ancianos,
también estamos sufriendo;
Pues quedan abandonados
con grandes padecimientos.
Hay quien no quiere a los padres,
porque no dan “rendimiento”.
¿Jamás pensaste en la cárcel,
y en todos los que están dentro?
Allí van solo los “pobres”.
¡La justicia es de lamento!
Los ricos, son “muy honrados”,
Muy felices y contentos.
El mal rico, gran tirano,
lleva el egoísmo dentro.
Tienen muy poco de humanos,
Ni temen el escarmiento;
Pues la conciencia no existe,
o la toman por un cuento.
Vamos a olvidar las penas,
y también los sufrimientos,
Vamos confiar en Cristo.
Es nuestro único sustento.
Él nos ama. Está bien visto,
y es que lo llevamos dentro.
Él dio Su vida en la Cruz.
¡Murió de puro tormento!
La fe que Jesús nos dio,
No nos la arranca ni el viento.
El sufrimiento es muy bueno
para aumentar nuestra fe.
Todo lo que hizo Jesús,
da mucho fruto, y se ve.
Procura amar a tu hermano,
-si quieres seguir a Cristo-
y que muera -el hombre viejo-
Su lugar, es el abismo,
Porque era todo veneno.
Ahora soy otro –no el mismo-
Ahora pertenezco al Cielo.

Cecilio García Fernández
San Martín de Podes

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