DIOS DE JUSTICIA

Existe un Dios de justicia.
¿Quién me lo puede negar?
Porque existe, le hay que amar,
ya que él es nuestra primicia.

Dios de la misericordia,
es nuestro amado Jesús,
que vino a traer concordia,
y lo demostró en la Cruz.

Fue cruelmente despreciado
por todos los pecadores
-sufrió penas y dolores-
Fue por el mundo olvidado.

Es Astro resplandeciente
que en el firmamento brilla.
Él es la gran Maravilla
que no saldrá de mi mente.

Le tengo en el corazón
porque le entregué mi vida,
y hoy la tengo redimida
y vivo con ilusión.

Se humanizó lo divino,
y esto no es cosa corriente.
Hay que decirlo a la gente
para que beban Su Vino.

Sublimado Rey de reyes,
Verbo del inmenso Dios,
Dio Su gran vida por nos
-despreciadores de leyes-

Hay reyes aquí en la tierra
que no se rinden a Él.
Van presos como un bedel
detrás de hombres de guerra.

Se arrodillan ante él
y también besan su mano.
Lo llaman Padre –no hermano-
Y mi Jesús - ¿Qué es de Él?
Dios prohibió llamar padre
a todo hombre en la tierra,
porque Padre solo hay uno
-y no demos tanta guerra-.

Mi querido Rey de reyes,
querido y amado Dios,
tú nos mostrarte tus leyes.
Vayamos en pos, de Vos.

Sacrificaste a Tú Hijo
llevándole al matadero.
Eres el Dios verdadero.
Bendito quien me lo dijo.

Acuérdate de ésta España
que solo adora maderos.
Son del clero, los primeros
que a los humildes engañan.

En esta, España oscura,
-si hablamos de religión-
te salvan –me dijo un cura-
con la misa y el sermón.

Luego, -Cristo nos engaña-
Decid: ¿Quién tiene razón?
¡Líbranos de tal araña!
¡Da a Jesús tú corazón!

Oremos –como remedio-
Oremos –con devoción-
por esta patria querida
que ha perdido la visión.

Dejar la curia romana.
Que sigan por su camino.
Hacer lo que viene en gana
es el mayor desatino.

Cristo nos vino a salvar.
¿Qué más nos tiene que hacer?
¿Ha de morir otra vez?
¡Somos salvos! ¡Hay que amar!

Cecilio García Fernández
Salinas