lunes, 19 de julio de 2010

AMOR

¿Conocemos el amor?; ¿Pero en toda su extensión?
¡Mira que el amor es grande; pero entra en el corazón!
El amor, es un camino que circula en línea recta.
El amor, jamás engaña, y lo malo lo detecta.
El amor, es tan sincero, tan humilde y tan hermoso,
que no hay nadie que lo mida, ¡Sobre todo un vanidoso.
El amor, es un “embrujo”, Es un perfume de rosas.
El amor, es lo primero. ¡Es la Virtud más valiosa!
El amor, sabe sufrir, y lo hace con gran placer.
El amor, existe siempre, y ayuda en el padecer.
El amor, como es sincero, bien se puede discernir.
El amor, es Don de Dios y jamás puede morir.
Sin el amor, no se vive. Es un Don imprescindible.
El amor, es tolerante, incluso hasta lo indecible.
Los niños y los mayores, necesitan mucho amor,
y sino reciben nada, viven con pena y dolor.
El amor es necesario, lo mismo que el alimento.
Cuanto más amor tengamos, viviremos más contentos.
El amor, es levadura muy semejante al “fermento”.
Es más, que la hermosura, cuando la llevamos dentro.
El sufrimiento que existe, fue por causa del pecado.
Adán le falló al Señor. Satanás lo había engañado.
Siempre nos creemos sabios y dueños de la razón;
Pero, la Verdad nos dice, que nos falla el corazón.
Que me lo den todo a mí. Mi ambición es como un potro.
El egoísmo es tan grande, que te puedes poner loco.
El amor, no nos tolera, ni una gota de egoísmo.
El amor, es la razón, no vive del fanatismo.
Muchas desgracias del mundo, son por la falta de amor,
que trastornan muchas mentes, hasta perder la razón.
Muchas veces, por desgracia, hay amor; pero al dinero.
El rico siempre es más rico, y el pobre es un pordiosero.
La usara, ya llega a extremos, que no tiene paliativos.
Se creen grandes personas; pero son grandes cretinos.
Al aumentar nuestros sueldos, los suben en porcentajes.
Y las diferencias suben; y esto resulta un ultraje.
Aquel que gana un millón y le dan el dos por ciento,
le suben, pues veinte mil. ¡Ya pueden estar contentos!
¿Y cuánto suben al pobre que gana cincuenta mil?
Mira, la cuenta es redonda. ¡Le suben tan solo mil!
Luego, se llaman cristianos y no pierden una misa;
Por eso hay pobres, tan pobres, que no tienen ni camisa.
¡Farsantes y mentirosos, que soñáis con el dinero!
¿Engañareis al Dios Santo? ¡Os ahogará el dinero!


Cecilio García Fernández.
San Martín de Podes

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