sábado, 24 de julio de 2010

AMORES FALSOS

¡Hablamos mucho de amores!
¿Los sabemos comprender?
Solo Cristo quiso ser
Dador de una vida pura;
Y aunque fue a la sepultura
Resucitó al tercer día,
Y el necio lo desmentía.

¡Hablamos mucho de amores!
¿Pero quien se sacrifica?
Llegamos tarde a la cita
Por ser muy falso el amor,
Confesemos el dolor
Con todo arrepentimiento
Sin atisbos de rencor.

¡Hablamos muchos de amores!
¿A quien damos de comer?
Los niños se mueren de hambre,
Sus cuerpos como el alambre.
¿Qué es lo que se puede hacer?
Modificar la conciencia.
Jesús nos lo puede hacer.

¡Hablamos mucho de amores!
¿Algo más quieres saber?
Sin la Palabra Divina,
Lo malo ya se adivina.
Solo pensar en placer
En noches tristes y oscuras
Que yo no quisiera ver.

¡Hablamos mucho de amores!
¿Maldices alguna vez?
La maldición es castigo
No se esconderá al abrigo
Por ser una maldición,
Y te parte el corazón.
Escucha bien lo que digo.

¡Hablamos mucho de amor!
¿Cómo ando de vanidad?
Si lo digo me estremezco,
Pues creo –no merezco esto-
Por resultar doloroso.
Es como caerse a un foso.
¡Otra triste realidad!


¡Hablamos mucho de amores!
¿Pero quien nos da el amor?
Aquel que con gran dolor
Dio Su vida por el mundo,
Y es Dios –y no me confundo-
Porque sé que vive en mí
Y lo certifico aquí.

¡Hablamos mucho de amores!
¿Cómo está nuestra conciencia?
Aquí no sirve la ciencia,
Pues va por otro camino.
El amor siempre es Divino
Y es muy fácil de alcanzar,
Pues Jesús lo vino a dar.

¡Hablamos mucho de amores!
¿Sabes lo que es humildad?
También sé lo que es maldad
Porque la llevamos dentro,
Y esta palabra no es un cuento.
Esta es la más cruel verdad:
Porque todo es vanidad.

¡Hablamos mucho de amores!
¿Te entregaste a Jesucristo?
Si vives de religiones,
Es vivir con ilusiones.
¿Qué puede un madero hacer
Por mucho que rece el cura?
Pues ir a la sepultura.

¡Hablamos mucho de amores!
¿Cómo lo vas demostrar?
Hay que creer la Palabra
Por ser el Verbo y Verdad.
No nos sirven catecismos,
Ni rezos de los obispos
Por que son la nulidad.

¡Hablamos mucho de amores!
¿Ya te entregaste a Jesús?
¡Mirar, que no salvan hombres!
¡No protestes ni te asombres!
Pues solo nos salva Cristo,
Por librarnos del abismo.
Por dar Su vida en la Cruz.


Cecilio García Fernández
Salinas –Castrillón-

No hay comentarios:

Publicar un comentario