miércoles, 28 de julio de 2010

CANTO A DÁMARIS. -Niña ecuatoriana de tres años-

Tú cantas llorando
cánticos de penas,
cánticos de sueños
que no son quimeras,
y en tú tierna infancia
descubro mis penas,
que salen del alma
rompiendo cadenas,
para librar almas
que están con condenas,
pues con tú ternura,
rompes mis esquemas.
Tus tiernas palabras
llegan hasta el Cielo,
y allí las reciben
ángeles muy bellos,
que siempre te miran
cuando das tus besos
en mi vieja cara
llena de pellejos,
por lo que he sufrido,
y sigo sufriendo.
Gracias tierna niña,
gracias por tus besos.
Gracias por caricias
de tú amor sincero.
Te veo con alas
volando hacia el Cielo,
pues con tus sonrisas
no me siento enfermo,
y veo que el mundo
ya no es tan feo.
Con tus labios lindos
me quitas el peso
de los desengaños
del mundo que veo
con mucha injusticia
que yo jamás quiero,
explotando a niños,
que son mis corderos.
¡Ya ha llegado el Cristo,
que es el gran Cordero,
que nos da sus fuerzas,
sin ningún rodeo!
Rompiendo cadenas
de todos los presos,
que cumplen condenas
y arrastran sus huesos.

Dámaris amiga,
tú abrazo sincero
es agua bendita
que llega del Cielo.
como una paloma,
que ves en tus sueños,
al lado de un río,
muy grande y muy bello,
con aguas tan claras
que son como espejos,
reflejando solo
todo lo que es bello,
como las estrellas
del gran firmamento,
que alumbran las noches
del mundo maltrecho,
por esos pecados
que yo llevé dentro,
que son como espinas
y son un tormento,
y que no quitamos,
porque no queremos,
pues hay buenas nuevas
que vienen del Cielo,
y están en Jesús,
mi amigo sincero,
mi amigo del alma,
el que yo más quiero,
al que siempre adoro,
y soy muy sincero.
¡Dámaris querida,
yo mucho te quiero!
¡No adores estampas,
que eso está muy feo!
Mira siempre a Cristo,
el Fiel, el Cordero,
que murió por todos.
¡Yo cuánto le debo!
Él me dio Su casa,
y lo que poseo;
Pero todo es Suyo,
y Él es mi Lucero
y alumbra el camino
que me lleva al Cielo.
¡Ya no hay más caminos!
¡Ya todo está hecho!
¡No valen mentiras
ni golpes de pecho!

Cecilio García Fernández
Año 2000. –Salinas-

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