Siento gozo y alegría
por estar entre vosotros,
y sé, que también un día,
esto, pasará con otros.
Os tengo que agradecer
la atención que habéis tenido;
pues, me siento renacer,
aquí, entre tanto amigo.
Recibí la invitación
por medio del Comité,
y agradezco la atención,
y jamás la olvidaré.
Creo que quien va “pagar”,
es La Asturiana de Zinc.
Mi empresa, es ejemplar,
y lo será, hasta el fin.
Ésta, es una ocasión
de amor y agradecimiento,
y me sobra la razón
para estar más que contento.
Agradezco al Director
ésta atención tan hermosa,
que nos une con amor;
que es la cosa más preciosa.
Yo jamás podré olvidar
el personal de la empresa;
Sé muy bien lo que es gozar,
al sentarme en ésta mesa.
Los dos años anteriores,
no recibí invitación,
y sentí las consecuencias
dentro de mí corazón.
Este olvido, tan normal,
me dejó entristecido,
y hasta me hizo llorar,
¿Lo tendría merecido?
Si es que en algo yo he fallado,
a todos pido perdón;
Pero me siento alentado,
dentro de mí corazón.
En estos años pasados
he sufrido duramente;
Pero están bien empleados;
Pues amo más a la gente.
He deseado morir,
por causa del sufrimiento;
¡Ahora me gusta vivir!
Soy feliz, y estoy contento.
Hoy tengo una fe muy viva,
que está puesta en Jesucristo.
La fe, no tiene medida;
Pero para mí es lo mismo.
Comimos, como marqueses,
con calidad y abundancia;
pero muchos mueren de hambre.
¡No tengamos arrogancia!
Esta comida es valiosa;
Pues nos da mucha hermandad,
que es una virtud valiosa
que tiene la humanidad.
El egoísmo, nos mata.
Hace perder la razón;
Pero el amor, siempre ata,
de verdad, de corazón.
Luchemos por mejorar,
de nuestros muchos defectos,
y procuremos amar,
para vivir más contentos.
Gracias a los que sirvieron,
en la cocina, y en mesas,
y todos los invitados,
que cumplan con sus promesas.
Estoy muy agradecido,
por todas las atenciones.
Que Dios os dé el merecido,
por vuestras demostraciones.
Un abrazo para todos de,
Cecilio García Fernández
Arnao –Diciembre 1.998
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