Corazón de jubilado,
corazón que se enternece,
corazón que se estremece,
corazón enamorado,
corazón, si es que has amado,
sabrás que nunca pereces.
Se endurece el corazón
por desengaños sufridos;
que han estado reprimidos
sin recibir un consuelo;
por eso yo pido al Cielo
por todos los reunidos.
Decid: ¿Qué vale una vida
si la conciencia reprime?
Es bien necio el que se exime
del pobre que está sufriendo,
y ha de seguir padeciendo
mientras que el mal le domine.
En éste plan nos hallamos;
más nunca dar por perdida
esa empezada partida;
pues el hombre ha de saber,
que para poder vencer
ha de sangrar por su herida.
Buscar siempre la verdad,
y si es cierto que la encuentras,
a nadie cierres tus puertas;
porque quizás el dolor,
del pobre que hizo el clamor,
pueda darte recompensas.
Un hombre que es recto y puro
jamás maltrata a su esposa;
ya que ella, no es cualquier cosa,
por ser parte de ti mismo;
más luego, si la maltratas,
te maltratas, a ti mismo.
Todo el que te da pesares,
si cambia, te da el consuelo;
no le veas en el suelo;
pues todo corazón cambia;
más; quien vive en la ignorancia
se tapa con un mal velo.
¡Mirar; un hombre imprudente
no vive con paz, en sus males.
¡En el amor, no en caudales,
puedes hallar tu Verdad;
pero nunca en lo mordaz,
ni en las causas más banales!.
Si alguien te manda pesares,
tú no le regales penas,
ni le pongas más cadenas
porque ya tiene bastantes,
pues los hombres dominantes,
van a tener sus condenas
No admitir jamás palabras
que te hablen mal del vecino;
porque el hombre que es cretino
es quien admite “recados”,
que vienen envenenados
y tienen un mal destino.
Cerremos todas las filas
como buenos militares,
y echemos unos cantares
y olvidemos los dolores,
dejemos los sinsabores
las penas y los pesares.
Somos polvo de la tierra
y no merece la pena
que alguien sufra una condena
por una necia traición,
si ablandas tu corazón
lo agradecerán tus venas.
Aun que todos somos polvo,
hay un nuevo amanecer,
¡nadie ha de retroceder!
ya que no hay quien nos detenga,
y aunque la tormenta venga,
¡Dios tiene todo el poder!
Que nadie meta en tu mente,
viejas costumbres muy vanas,
tu mira por tus ventanas
como soplan fuertes vientos.
No te cierres en conventos,
siembra en las tierras lejanas.
San Juan de Nieva
Cecilio García Fernández
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