jueves, 29 de julio de 2010

CANTICOS

¿Dónde ha estudiado el gorrión,
el jilguero y el canario,
que canta en compás binario,
o en el compás, tres por ocho,
y hace el nido sobre un tocho,
e incluso en el campanario?
Los pájaros son cantores,
no necesitan solfeo;
y por todo lo que veo,
y también por lo que escucho,
yo no me siento muy ducho;
más lo que digo, lo creo.
Cuando a la sombra de un árbol
te tumbas a descansar,
es muy fácil escuchar
un pájaro carpintero,
que taladra un agujero
para dormir y cantar.
También cantan las gaviotas
por los aires y en las rocas,
y se ponen como locas,
cuando ven algún pescado
que Dios les ha regalado,
allí cerca de las rocas.
Al llegar la primavera,
cantan con todo esplendor,
pues son cánticos de amor,
para buscar su pareja,
porque alguno ya se queja,
de soledad y dolor.
Pájaros que voláis juntos
con la misma dirección,
Decid: ¿Cual es la razón
de tan grande entendimiento,
que no voláis contra viento
porque hay mejor dirección?
Tener cuidado pequeñas,
pues hay aves muy astutas
que conocen vuestras rutas
y os quieren devorar;
Por eso es mejor volar,
que esconderse en una gruta.
Palomas blancas ó grises
que andáis por las ventanas,
recogiendo pan y granas,
para llevar a ese nido,
que jamás queda en olvido,
allí colgado en las ramas.
En vuestra pequeña “mente”,
hay muchas cosas grabadas,
porque sois grandes manadas,
dirigidas sabiamente,
porque se ve claramente,
que voláis muy ordenadas.
Sabéis luchar con tesón,
con astucia y con paciencia,
que es la madre de la ciencia
para luchar en la vida,
pues lo bueno no se olvida
cuando se anda en obediencia.
Me gustan todas las aves
porque amo la libertad,
y en vosotras no hay maldad,
cosa que no pasa en mí,
porque el hombre nació así,
¡Y así está la humanidad!
Que sabio es el Creador
que jamás se ha equivocado,
y todo lo ha regalado
sin pedirnos un favor,
y aunque exista algún dolor,
nos consuela con agrado.
Los pájaros cantan todos
alabanzas al Dios Santo;
Mientras yo lamento tanto
por el hambre y por las guerras,
que solo aportan mil quejas,
por la sangre y el quebranto.
Cazadores sin conciencia
os matan por el placer
de ver como vais caer
cuando el tiro es bien certero;
y solo basta el primero,
para matar otra vez.
Rompemos el equilibrio,
pues ya tenemos mil plagas,
y si andas mal, tu la pagas,
pues no puedo comprender,
que por un simple placer,
nos vamos llenar de plagas.
Pájaros y aves del cielo,
cumplir con vuestra misión,
sabiendo que la razón
toda está de vuestra parte;
porque aquel que la reparte,
os creo con ilusión.

Cecilio García Fernández.
San Martín de Podes

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