Hoy la casa de Pachón
se que está muy quebrantada.
El dolor del corazón,
hoy entró en vuestra morada.
Pepe, ya nos dio su adiós;
Pero, ¡Menuda sorpresa!
¡Fue un golpe para las dos!
Ya no se sienta a la mesa.
La vida es un valladar,
y está llena de dolores;
Pero Dios os dará paz,
porque él sana corazones.
Aunque el dolor es muy fuerte,
hay que dar gracias a Dios.
ya que tuvo mucha suerte,
por no sentir ni un dolor.
Después de mi accidente,
le vi, hace unos dos años;
Pero le encontré tan bien,
que nos quedamos extraños.
Marcelina: Hay que cuidarse,
pues te queda más familia.
¿Tienen todos esa suerte?
¡Cuantos te tendrán envidia!
Yo sé bien lo que es sufrir,
¡Y voy para once años!
Pero Dios me hace reír,
y olvidar los desengaños.
¡Dios os concedió la gracia,
de vivir juntos y unidos!
¿Cuántos lo pueden contar?
¡No lo tener en olvido!
¡Un abrazo para todos,
con nuestro gran sentimiento!
¡Animo, de todos modos!
¡Queremos veros contentos!
Cecilio y Josefina
Salinas
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