Los hombres, todos protestan
por los pecados ajenos;
Pero los “míos” son buenos,
y lo “expreso” sin pudor,
diciendo, que son mejor,
los propios que los ajenos.
Se nos lanzan a las calles
con “exclusivas” banderas;”
expresando sus “quimeras”
por ser todos de un partido,
que se halla comprometido,
en “trifulcas” callejeras.
¿De qué material han hecho
a las mujeres lesbianas?
Hoy las repudian con ganas
hombres de buen corazón,
porque les sobra razón,
pues son mujeres paganas.
Lesbianas y homosexuales
se “filtran en los partidos”,
y cumplen sus cometidos
con toda su diligencia,
y también con la prudencia,
a la que están sometidos.
¿Se manifestó Jesús
en tierras de Galilea?
¡Que venga Cristo y lo vea,
porque no es cosa normal,
que el hombre, ó el animal,
anden siempre con peleas!
¡Pobres niños inocentes,
qué porvenir os espera!
Saber que es mala carrera
la que os van a enseñar,
porque a las mujeres bellas,
no las podréis admirar.
¿Nadie consulta con Dios?
¿Consultáis con religiones?
¡Tomar buenas precauciones,
ya que el enemigo, astuto,
también obra como un bruto,
y jamás entra en razones!
Ya se aproxima Sodoma
y Gomorra ya está alerta,
y éste mundo no despierta,
y aumenta la corrupción;
Porque es duro el corazón;
y la puerta sigue abierta.
Estas cosas que suceden,
dentro de la corrupción,
existen, por la razón
de que se abandona a Cristo,
y esto si que está mal visto
por un recto corazón.
Pido a Cristo, el del madero,
que nos dé, más alimento,
y lo digo, en éste tiempo
difícil, en nuestra historia,
y que aclare mi memoria,
y obre con entendimiento.
¡Arrepiéntanse los necios
y los tardos en saber;
pues tienen que comprender,
que toda sabiduría,
siempre nos trae alegría
en cualquier amanecer!
Hay políticos tunantes
con fama -bien adquirida-
que sangran, porque la herida
trae malas consecuencias,
pues revuelve las conciencias,
por estar mal dirigidas.
Nos dicen, que el matrimonio,
de un hombre con su mujer,
puede desaparecer
por causa de las lesbianas;
¡Pero todo esto son ganas,
de hablar, por no enmudecer!
No se pierde el matrimonio
de un hombre y una mujer;
porque es fácil comprender,
que el amor, si es verdadero,
es lo más puro y sincero
que nos puede suceder.
Cecilio García Fernández.
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