sábado, 17 de julio de 2010

ALERTA; PORQUE......

¡ALERTA!, PORQUE….!

Porque nada hay oculto que no haya de ser manifestado; ni escondido, que no haya de ser conocido, y de salir a la luz. Lucas 8:17
Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres. Romanos 2:16

¡Que maravilla de hombres, que hazañas, que monumento de mujer, que pedazo de deportista, gana más en un día, que yo en toda mi vida, ya que, al final de mi existencia no ahorré ni un “real”! Salen en la prensa, en revistas, todos los días los vemos en Internet, en la televisión; los periodistas los asedian. ¡Esto es la gloria!; pero, de repente, la gloria se viene abajo por una lesión, por doping. Los políticos por haber metido la mano en las arcas del ayuntamiento pierden la plaza, la vergüenza y la dignidad. ¡Vaya glorias, que efímeras son, ya que la vida de un digno deportista es muy corta y la de un político corrupto, también!
Dios dio al hombre capacidades físicas y morales para que no haya necesidad de ir al doping. El doping es una droga y una trampa para engañar y vencer a otro deportista que juega limpio. Dios no pretende que hagamos proezas físicas con la mira puesta en el dinero.
Va siendo tiempo de buscar los verdaderos valores, los que vienen de Dios y que la Biblia propone. El apóstol Pablo, comparando su vida a una carrera, escribió: “Olvidando lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo mi meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús” (Filipenses 3:13-14). Y en otra ocasión dijo: De ninguna otra cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mi mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del Evangelio de la gracia de Dios” (Hechos 20:24)
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¡Que corta es la viada,
que duras las penas,
nos atan cadenas,
hay mil sufrimientos,
huracanes, vientos
y muchas tormentas!
¡Que viles los hombres,
unos con los otros.
No estamos domados,
somos malos potros,
todo son envidias
que nos vuelven locos!
Reina la avaricia,
y amor hay muy poco;
abunda la astucia,
de uno contra el otro
también los engaños,
¿Os parece poco?
Los niños se mueren,
porque hombres muy locos
buscan sus ganancias,
porque todo es poco;
Más los pobres viven
igual que un despojo.
Millones de niños mueren
por la falta de alimento,
y las tierras no se siembran,
Dios nos dará el escarmiento.
Los médicos nos engañan
por no admitir el error,
y hay enfermos que se mueren
por la pena y el dolor.
Los gobernantes nos timan
con el ladrillo famoso,
y hasta las cantantes cantan,
ante más de un juez famoso.
Los jueces reciben primas,
que algunos llaman soborno,
y aquel, al que más estiman,
le dan la razón de pronto.
Practican su religión
al tiempo que están robando,
y hay quien les da la razón,
sin saber como, ni cuando.
Y nadie quiere a Jesús,
nos dicen que exige mucho,
y que su Palabra es dura
y nos dicen: ¡No la escucho!


San Martín de Podes12-7-07
Cecilio García Fernández

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